miércoles, 14 de abril de 2010

ENCUENTROS EN LA OSCURIDAD. CAPÍTULO SEXTO (continuación)

En esta entrada continuamos con la publicación del Sexto Capítulo de mi novela ENCUENTROS EN LA OSCURIDAD. El diálogo que aparece en el texto constituye un ejemplo de la técnica de meditación que C. G. Jung denominó Imaginación Activa. Así, vemos que, por más que les resulte extraño, y hasta inconcebible, a los racionalistas y/o intelectuales modernos, el conocimiento no se limita a lo aprendido gracias al esfuerzo personal del ego. Existe un medio a través del cual se obtiene un Conocimiento (gnosis) que no depende de la voluntad egoica. Pero, para ello, primero hay que estar abierto -y disponer de una intuición afinada-, ya que "es difícil llenar una taza que ya está colmada".

Como dije en mi entrada anterior, los lectores del blog interesados en recibir los últimos ejemplares de esta novela, podrán solicitarla a través del correo electrónico jose_antonio_delgado_gonzalez@hotmail.com, o bien, respondiendo a este mensaje, por un precio especial de 6 euros, a los que hay que añadir los gastos de envío. Dado que el número de ejemplares es muy reducido, se respetará el estricto orden de solicitud hasta fin de existencias. Los interesados en recibir mi libro que no residan en España, pueden consultarme el modo de conseguirlo enviándome un correo.

Podéis escuchar la entrevista (pinchando en el icono de la nota musical) que la emisora de radio PUNTO RADIO me hizo, para el programa "Luces en la oscuridad", quienes así lo deseen.


CAPÍTULO SEXTO. EXTRAÑOS VISITANTES (continuación)


—¡Querido Discípulo! ¡Hijo del Universo! Escucha
con atención todo cuanto te voy a revelar acerca
de la naturaleza del Mal. Hay quienes opinan que Dios
es pura Bondad, que en él reside el Bien Supremo y
que encaminando sus pasos hacia Él conseguirán encarnar
una vida virtuosa, pero en verdad te digo que
esos que así piensan yerran en algo que es de lo más
fundamental, pues la maldad no es un atributo ajeno
a Dios. El Mal es la cara opuesta de Dios, su otro rostro.
En Él residen ambos opuestos, tanto la Bondad
cuanto la Maldad. Ninguno de ellos existiría sin el
Otro. ¿Acaso al día no le sigue la noche? ¿No es la Luz
opuesta a la Oscuridad y, sin embargo, gracias a su
opuesto se da la paradoja de su existencia? Presta mucha
atención a lo que te diga ahora, pues de ello habrás
de extraer gran Sabiduría: se llega a la Luz a través
de la Oscuridad, y al Bien a través del Mal. Ese Mal
que desgarra las entrañas, que compone la tensión de
los opuestos que se separan y luchan entre sí. Esa guerra
entre los elementos contrarios es la madre de todo
Bien. Muerte y destrucción, escisión y distanciamiento
son atributos del Mal de cuyo seno aflorará la semilla
del Bien. Confusión y caos son los prolegómenos
del nacimiento de lo nuevo. Lo nuevo es la
Totalidad, que se reorganiza y ordena sólo a través de
la desorganización y del Caos. Medita largamente sobre
estas enseñanzas, para que extraigas de ellas el máximo
jugo y mantén oculto lo que te he revelado a los
ojos del común de los hombres, pues doctrina tan penetrante
y sagrada enturbiará sus mentes, confundirá
sus escasas capacidades de discernimiento y será fuente
de incomprensión y malentendidos.
—¿Quién eres? ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó
Juan a su extraño visitante.
—Soy aquel daimon que quiere el Mal y genera el
Bien. He recibido muchos nombres. Algunos me han
llamado Satán, Diablo, Señor Oscuro, Satanás, etc...
Otros, que han captado mejor mi esencia, me han denominado
Lucifer. Pero incluso esos no acaban de comprender
mi paradójica esencia. Tú puedes llamarme
Abraxas. Soy el puente entre dos mundos, el Dios de
las controversias. Dos rostros poseo y, sin embargo, pocos
son los que me conocen. Unos dicen de mí que soy
rígido, severo, recto, frío, controlador y constringente
y sólo unos pocos me conocen como el dios de la orgía,
la sexualidad, los excesos, el ardor de la pasión y
el furor erótico, pues represento el límite y su ruptura,
el control y el caos; domino y liberto, moldeo y deshago,
estructuro y destruyo; soy el más anciano y el
más joven; los hombres obtienen de mí la diplomacia,
la elegancia y las posesiones materiales que tanto se
afanan en amasar; de mí obtienen sus más íntimos deseos
y todas las consecuencias de lo deseado. A través
de mí conocen los hombres el mundo de arriba y el de
abajo, la luz y la oscuridad, lo anterior y lo posterior,
el Todo y la Nada, el poder y la debilidad, la Materia
y el Espíritu; de mí consiguen el ensalzamiento y la
miseria, la cúspide y las honduras, la dilatación y la contracción,
el cielo y el infierno. ¡Querido Discípulo! Escúchame
con atención: sólo aquél que esté libre de deseos
obtendrá de mí los dones más divinos. Quién no
ansíe nada, lo tendrá todo. Aprende y graba estas palabras
para que sean norma de tu vida. Aquellos que
se afanan por ascender a lo más alto, terminarán cayendo
y su caída los conducirá a un abismo tanto más
hondo, cuanto más alto se hayan elevado. Ésta es mi
ley. Busca siempre la norma de la medianía. En el equilibrio
hallarás la Virtud.

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