En este mes ha sido publicado por Mandala Ediciones el último libro escrito por el periodista y ensayista Ángel Almazán de Gracia, Perdidos en el Mundo Imaginal, cuya lectura recomendamos encarecidamente.
He aquí la entrevista, que tan amablemente me concedió Ángel Almazán, con motivo de la publicación de ésta, su última obra, desde su natal tierra soriana. En ella nos desvela algunas de las claves de este libro dedicado íntegramente a la interpretación de la serie Lost-Perdidos. Si hay algo que este libro tiene de revelador es, precisamente, que nos invita a reflexionar acerca de lo perdido que se encuentra el ser humano en esta época de oscuridad y de caos, y de la necesidad de realizar un viaje de autoexploración profunda, trascendiendo incluso las propias imágenes arquetipales, si queremos reencontrar el paraíso perdido, nuestro verdadero hogar, aprovechando la oportunidad que toda crisis encierra.
- ¿A qué se debe el título de tu libro, Perdidos en el Mundo Imaginal?
- En primer lugar obedece a la serie televisiva Perdidos (Lost) que ha sido el detonante por el cual he escrito el libro, dado que intento mostrar el eje escatológico sobre el cual han girado las tramas y personajes en sus seis temporadas. Seguidamente es un título que recalca un estado psíquico del ser humano, esto es, que estamos “perdidos”, o sea, que nuestra consciencia (el yo-ego, en términos psicológicos) se encuentra alejada de su verdadera esencia, obnubilada por lo sensorial y las cosmovisiones modernas y ocultismos pseudo-espirituales sustitutorios. En tercer término, que tanto los protagonistas de Lost como todos nosotros creemos estar vivenciando un mundo real, cuando, según los maestros del esoterismo, es nuestra consciencia la que “imagina” e “imaginaliza”, es decir que interpreta las percepciones sensoriales y psíquicas que llegan al alma dotándolas de un verismo y autenticidad tal que resulta muy difícil darse cuenta de que lo que consideramos realidad es el resultado de un complejo procesamiento psíquico, o sea que en definitiva nuestra consciencia es psíquica y los datos que procesa y nos da son realidades psíquicas. Y, por último, el término corbiniano Mundo Imaginal hace referencia a una serie de estratos de la realidad psíquica vinculadas a la escatología y a los “estados alterados de consciencia” provocados entre otras causas por estados meditativos-místicos o por la ingesta de drogas “psiquédicas” como ha mostrado Stanislav Grof.
- En tu libro realizas una interpretación de la serie Perdidos, que ha cautivado a tantas personas ¿Por qué has elegido esta serie en concreto?
- Hay un antes y un después en las series televisivas tras Perdidos, y no sólo en el aspecto técnico (guiones, tramas, personajes…), sino en lo que respecta a su impacto psíquico masivo hasta el punto de congregar a cientos de miles de fans en todo el mundo a una misma hora para ver su final, algo que no había sucedido nunca. Sus seguidores, losties, han necesitado comunicarse entre sí, generando centenares de redes sociales en el mundo, para resolver las incógnitas y misterios de esta serie que les ha conmovido colectivamente. Y sabemos, por Jung, que si algo así acaece es porque algún o varios arquetipos del Inconsciente Colectivo han sido activados y están penetrando en los psiquismos individuales. Mi hijo Diego ha sido uno de tales seguidores y su persistencia porque viera diversos capítulos de esta serie fue lo que me llevó a levantarme a las tantas de la madrugada a ver The End. Curiosamente había visto, seis años atrás, el primer capítulo, así que, uniendo el comienzo y el final de Perdidos pude ver que estábamos ante un Gran Relato Escatológico que iba a resultar incomprensible por la mayoría de los jóvenes seguidores de Perdidos ya que nadie les había explicado los vericuetos de la Imaginación Creadora y del Más Allá. El libro se lo he dedicado a mi hijo porque es el primero a quien sentía que debía explicarle Perdidos, y él ha sido quien ha leído el borrador del libro y quien me ha ayudado a resumir las seis temporadas de la serie. Ahora bien, para poder mostrar que mi tesis escatológica-imaginal de Perdidos no era una mera elucubración sino que estaba sustentada en una conceptualización escatológica que cuenta con muchos siglos, he tenido que hablar del poder de la Imaginación Creadora desde Platón hasta hoy día, centrándome especialmente en el Mundo Imaginal visionado por espirituales islámicos como nuestro andalusí Ibn al Arabi y por visionarios occidentales como Dante o Swedenborg.
- En tu libro, la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung tiene una especial relevancia, ¿cuál es el motivo de que hayas dedicado varios capítulos a la hermenéutica junguiana?
- El segundo y tercer capítulo son cien por ciento junguianos, y a lo largo del libro la hermenéusis junguiana está más o menos presente. Estimé que los conceptos junguianos de la estructura y funcionamiento de la psique eran los más idóneos para servir de puente, en el lector medio occidental, entre una visión literal del mundo y una conceptuación simbólica del mismo. Jung es, asimismo, el puente occidental entre la psicología decimonónica y la llamada Psicología Trascendental, y como he sido un gran lector junguiano entre mis veinte y cuarenta años, sentí que Jung podía aclarar a la mente occidental del lector los mecanismos psicológicos que acaecen cuando nos conmueve una película (en este caso Perdidos) y la gran importancia que tiene “el inconsciente” en todo psiquismo humano. De esa forma preparaba al lector antes de que llegara a las páginas dedicadas al esoterismo de la Imaginación y del Mundo Imaginal.
- La edición en castellano del Liber Novus o Libro Rojo de Jung, donde su autor expone el contacto con las imágenes que surgían de su mundo interior, se ha presentado a escasos días de la publicación de Perdidos en el Mundo Imaginal ¿encuentras alguna relación de contenido y/o de significado entre ambos libros?
- Personalmente las considero sincronicidades. En mi libro dedico varias páginas a esa confrontación con “lo inconsciente” que Jung plasmó finalmente en su Libro Rojo y resumo su técnica de la imaginación activa de personificación de lo que él llamaba complejos cargados emocionalmente e imágenes arquetípicas. La serie Perdidos la he analizado, entre otros enfoques, como un ejercicio de imaginación activa audiovisual, amplificando algunas tramas y personajes recurriendo a algunos mitemas o arquetipos. Pero el mensaje final de mi libro, que ya está implícito en su título y subtítulo (Perdidos en el Mundo Imaginal. Vericuetos de la Imaginación Creadora y del Más Allá), creo que va más allá. Lo digo porque en el Libro Rojo Jung está sumergido en su Mundo Imaginal e intenta encontrar un sentido a tal irrupción, un tanto caótica en ocasiones, de imágenes arquetípicas, mientras que en mi libro el mensaje final que doy es que nuestra consciencia tiene, en última instancia, que dejar atrás incluso las visiones más excelsas del Mundo Imaginal, como muy bien advirtiera, sin ir más lejos del territorio ibérico, San Juan de la Cruz. Este mensaje, por cierto, queda insinuado en los últimos minutos de la serie Perdidos, cuando se extingue la “imaginalización” del Purgatorio al abrirse la puerta del fondo de la iglesia y penetrar por ella una luz inefable, esto es imposible de conceptualizar-imaginar.
- En tu libro, relacionas las grandes obras de teatro o de literatura y el séptimo arte ¿puedes avanzarnos algo sobre esa relación? ¿Es Perdidos, por tanto, algo más que un mero entretenimiento para los jóvenes?
- El cine es el séptimo arte y, por tanto, convergen en él los seis artes anteriores, literatura incluida. En lo que respecta a la literatura he recurrido especialmente a Unamuno, María Zambrano, José Lezama y Juan Goytisolo para esbozar algunos paralelismos. Así, para mí está claro que la novela escatológica La cuarentena de Juan Goytisolo es, en sí misma, un referente literario moderno que sirve perfectamente para contextualizar la trama escatológica central de Perdidos, cuyos personajes, en este sentido, están igualmente en “cuarentena”. Asimismo, las reflexiones unamunianas sobre la autonomía “imaginal” de algunos de sus personajes ficticios, especialmente el protagonista de Niebla, es un ejemplo literario hispánico de imaginación activa junguiana y pone en evidencia que los autores y artistas están influidos en menor o mayor grado por complejos cargados emocionalmente e imágenes arquetípicas que se “imponen” en su quehacer literario y artístico; fenómeno psíquico que ha acontecido igualmente en la serie Perdidos. Así que, por todo lo que vengo contestando en esta entrevista, está claro que para mí Perdidos es una muestra de cómo el Inconsciente Colectivo se ha vestido, con formas audiovisuales contemporáneas, para dotar de un ropaje aceptable a ancestrales arquetipos, escatológicos y de otras modalidades, que ya no conmueven a tales psiquismos occidentales en sus formas anteriores religiosas, artísticas, etc… No es, por tanto, un mero entretenimiento juvenil esta serie televisiva.
- Por último, ¿consideras que hay algo más allá del Mundo Imaginal en el que, según afirmas, está perdida la humanidad?
Hay diversos estratos cognitivos en los que la consciencia se encuentra perdida: consciente e inconsciente personal, consciencia colectiva (espíritu de la época o conjunto de cosmovisiones oficiales imperantes) e inconsciente colectivo. Creo que, como vienen diciendo los espirituales insignes de la Filosofía Perenne, sólo un profundo autoconocimiento interior hará que la consciencia reencuentre su hogar, y tal gnosis es de carácter metafísico, no psíquico, esto es, no conceptual y ni siquiera “imaginal”. En tal sentido recomiendo la lectura y meditación de lo que nos han dicho en el siglo XX vedantinos advaitas como Ramana Maharsi o Nisargadatta Maharaj.
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