Los sueños en el diagnóstico de la psicopatía
José González
Psicólogo. Terapeuta de orientación junguiana.
INTRODUCCIÓN
El
núcleo familiar puede ser considerado como un organismo, como un sistema.
Cuando en el sistema familiar hay un psicópata la vida de todas las personas
que lo engloban gira a su alrededor de un modo muy particular: el psicópata
succiona la energía anímica de todos como si de un agujero negro se tratara.
Por
ese motivo, el Dr. Marietan, psiquiatra especializado en psicopatía, en su
artículo "El Sol negro: un psicópata en la familia" denomina al
psicópata en la familia como el sol
negro. Este nombre es muy apropiado, no solo por el hecho de que el sol
negro absorbe toda la energía del sistema, sino también porque los alquimistas
denominaban sol negro al estado amorfo e indiferenciado de la materia prima en
el proceso de transformación de esta, también llamada masa confussa, en oro. Si
atendemos a esta consideración advertimos que el psicópata es un hombre
"amorfo" e "inacabado" que parece necesitar de los otros
para ser. En realidad, representaría el estadio oscuro del proceso de transmutación
de la piedra bruta en piedra labrada, con la particularidad de que en él no hay
posibilidad de transformación, de cambio. El psicópata es en sí mismo el sol niger y no puede ser otra cosa. En
este sentido es como si se tratara de una "raza" distinta de hombre. Aclaro aquí que la palabra hombre la utilizo en su sentido etimológico, y no en el moderno, puesto que el porcentaje de psicópatas mujeres es equiparable al de hombres. No hay una diferencia estadísticamente significativa.
Marietan,
en su artículo antes mencionado, afirma
que en un sistema familiar en el que algunos de sus miembros es un psicópata podemos
encontrar las siguientes personas:
1. El emergente: La persona signada como enferma, el tildado de
"loco". Un persona que puede presentar signos y síntomas de un grave
trastorno mental.
2. Personas con problemas psicológicos o psicopatológicos: normalmente
hijos e hijas, aunque también puede ser cualquier otra persona que conviva en
un sistema en el que haya un psicópata
3. El psicópata: Marietan lo denomina, cuando se trata de un psicópata
dentro de una familia, el sol negro. Se trata de la persona que provoca la
devastación psicológica en la familia. En lugar de alimentar, dar vitalidad,
ayudar a que las personas puedan encontrar su vocación y su lugar en la vida,
el sol negro parasita, vampiriza y despersonaliza a las personas sobre las que
ejerce su poder destructivo.
Una de las características
fundamentales de la psicopatía en la familia es que resulta invisible para la
sociedad. Resulta muy difícil de detectar desde fuera del sistema familiar (y
también desde dentro), porque las personas psicópatas son unos actores
extraordinarios: parecen padres o madres modélicos; o hijos y hermanos
magníficos. La manera habitual de saber si hay un psicópata en la familia es a
través de los efectos (devastadores) sobre la familia.
Sin embargo, también hay una vía
de acceso al conocimiento de los efectos que el psicópata ejerce sobre los
miembros de la familia: los sueños. Es cierto que resulta bastante difícil
acceder a este material en niños y adolescentes precisamente porque el
psicópata utiliza como estrategia el
aislamiento, además de la manipulación,
la mentira y la persuasión. Ahora
bien, quizá en adultos sea más factible acceder a los sueños y a lo que estos
nos pueden mostrar acerca de un ambiente psicopático. Y, tal vez, nos puedan
servir como una herramienta más para realizar un diagnóstico de psicopatía.
En mi experiencia como terapeuta algunos pacientes con padres o parejas psicópatas y/o narcisistas malignas me han relatado sueños en retrospectiva. Dichos sueños resultaron ser muy valiosos para comprender cómo lo inconsciente, es decir, la naturaleza íntima de la persona, presentaba su "visión" acerca del psicópata y de la atmósfera familiar en la que estaba sumido/a.
SUEÑOS EN UN CASO CLÍNICO
Pedro es un hombre de 50 años
que en la actualidad lleva una vida profesional satisfactoria. Sin embargo, en
su hogar estuvo bajo la férula de un padre psicópata que le hizo padecer
sufrimientos indecibles. Durante su etapa pre-adolescente y adolescente se
volvió violento y reaccionaba rebelándose al sistema familiar de un modo
indócil y "exagerado". Posteriormente, en cuanto tuvo la oportunidad,
se marchó de su casa paterna y se independizó. Sin embargo no fue hasta sus 42
años que supo que su padre era un psicópata.
Durante una sesión de terapia Pedro me relató una
pesadilla que tuvo de niño, a la edad de 12 años aproximadamente. El contenido
de dicha pesadilla lo dibujó un tiempo después, sirviéndose de un disco de Iron Maiden titulado "El número de
la bestia". El sueño es el siguiente:
"Me encuentro en un espacio subterráneo, oscuro
y en el suelo hay llamas. El lugar se me parece mucho al infierno, tal como lo
relatan en el cristianismo. A mi alrededor hay muchas personas, algunas me son
conocidas, otras no, pero es como si estuvieran sin vida. De pronto miro hacia
lo algo y veo a una figura inmensa, una especie de demonio de color rojo, que
me provoca un miedo espantoso. De las manos de ese demonio penden unos hilos que
terminan en la espalda de las personas que estamos en esa especie de infierno.
Recuerdo que me desperté espantado."
Teniendo
en cuenta que el ambiente en el que vivió Pedro durante su infancia,
adolescencia y primera juventud estuvo dominado por un psicópata, el sueño es
una expresión muy elocuente de la atmósfera en la que estuvo inmerso. La figura
del padre en el sueño ha adquirido una dimensión arquetípica y aparece como un
ente infernal, como un demonio. El sueño representa la situación de partida
como la presencia del soñador en un espacio "oscuro y en llamas" que
semeja "al infierno" cristiano. Según el cristianismo es allí donde
van a parar las almas de los pecadores, en donde son eternamente torturadas. Es
decir es un estado interior, una situación psíquica terrible, en la que las
personas se encuentran alejadas de Dios, siendo este la fuente de vida y de
alegría. La figura diabólica manipula, como si de marionetas se tratara, a
todas aquellas personas "inanimadas", desprovistas de voluntad propia,
sin que ellas se percaten de dicha manipulación.
Pedro
entra en pánico cuando, en el sueño, se percata de que está siendo manipulado
por aquella figura arquetípica monstruosa. En mi opinión, el sueño no solo se
refiere a su atmósfera familiar, sino que representa simbólicamente también una
situación colectiva de "eclipse de Dios" o de "vacío existencial",
es decir, de alejamiento de la auténtica vocación humana.
Esto
nos lleva a uno de los efectos más devastadores de un psicópata en la personalidad
de los hijos: la falta de identidad. Los psicópatas en la familia realizan un progresivo,
prolongado y efectivo lavado de cerebro durante años. Con ello logran implantar
sus ideas, así como lo que los psicópatas consideran que tiene que ser el
proyecto de vida de sus hijos, en la mente de estos (y de sus parejas-complementarias).
Eso es lo que viene representado en el sueño por medio de la imagen del diablo
manipulando a todas las personas que están bajo su poder.
Semejante
trabajo de manipulación y lavado de cerebro provoca en los hijos que han
convivido con un psicópata diversos trastornos de la personalidad: trastorno límite,
trastorno narcisista, etc; En el núcleo de estos trastornos encontramos la
ausencia de un complejo del yo capaz de distinguir quienes son, cuáles son sus
estados de ánimo o qué es lo que quieren hacer en la vida. También es común el Trastorno de Estrés Postraumático, dado que la experiencia de convivencia con un psicópata provoca un impacto (trauma) que se asemeja al experimentado en un campo de concentración.
En
próximos artículos ahondaremos en los sueños de personas que han convivido con
psicópatas y tendremos la oportunidad de ver cómo la profundidad "ve"
a estas personas.
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