La vida es sueño y
los sueños, sueños son. Tipo y contenido de los sueños durante el confinamiento
por la pandemia del SARS-Cov-2.
José González. Psicólogo y terapeuta de orientación junguiana.
EL GRITO. Edvard Munch. |
Introducción
Me dispongo a escribir hoy, día 3
de mayo del año 2020, en Psicología junguiana sobre dos temas que me resultan sumamente preocupantes. A
pesar de que mis resultados no son concluyentes, por lo que, para ser más riguroso
desde un punto de vista científico, sería aconsejable esperar a obtener más
información y ver la evolución de esta pandemia, lo cierto es que el estado de
inquietud me ha obligado literalmente a realizar algunas advertencias y a exponer
algunos resultados provenientes de mi experiencia como psicólogo. Por lo tanto,
tómense mis observaciones de un modo provisional, sujeto a modificaciones
adaptadas a los cambios que se puedan ir produciendo durante la evolución de la
pandemia.
Los sueños durante
el confinamiento. Función y contenido de los sueños.
Diferentes investigadores han evidenciado
que, desde que se inició el confinamiento con motivo de la declaración de
pandemia por el coronavirus, la población ha visto modificado el ritmo
circadiano como consecuencia de la alteración en los regímenes de luz y
oscuridad. Esta situación, junto con el aumento del estrés, la ansiedad y el
aislamiento social y personal, ha influido decisivamente en la regularidad del
sueño. Las personas se acuestan más tarde de lo habitual, les cuesta conciliar
el sueño, este se interrumpe repetidamente durante la noche (parasomnias), etc.,
lo que repercute en un peor rendimiento en el trabajo (en su mayoría On-line, pero
también presencial, cuando la ocupación forma parte de aquellos servicios
esenciales como los sanitarios, las Fuerzas de Seguridad del Estado, la
Seguridad Privada, los servicios de limpieza, entre otros muchos) asociado a su
vez a una disminución de la atención y de la memoria a corto plazo.
Diversos estudios evidencian que,
durante el confinamiento, las personas parece que recuerdan mejor sus sueños
(lo que se relaciona con las frecuentes interrupciones del sueño, o despertares,
durante la fase MOR) y, además, que el contenido de los mismos tiende a producir
mayores inquietud, intranquilidad y miedo, en consonancia con la situación de
inestabilidad social, de incertidumbre por un futuro imprevisible e incierto en
prácticamente todas las actividades humanas. Este patrón onírico se parece al
que se produce en personas que padecen un trastorno de estrés postraumático,
tras haber padecido una vivencia tan terrible que ha desbordado sus capacidades
de afrontamiento y asimilación de la experiencia. Como ocurrió, por ejemplo,
tras los atentados del 11S en Nueva York, o los del 11M en Madrid.
Con respecto al contenido de los
sueños, que los pacientes suelen referir como “sueños raros”, “sueños extraños”
o “sueños significativos”, parece que se adecuan a un patrón común: simbolizan
la amenaza invisible que proviene del coronavirus utilizando imágenes que la
consciencia puede comprender y asimilar, como por ejemplo la de tiburones que
acechan en las playas, o como otros depredadores peligrosos; también
aparecen zombis o peligrosos extraterrestres (véase mi artículo La
crisis de la civilización occidental y la COVID-19).
Una de las funciones principales de
los sueños es ayudar a la consciencia de las personas a orientarse y adaptarse
adecuadamente en un mundo cambiante; en definitiva, a modificar su actitud cuando es necesario. Por lo
tanto, cuando los sueños simbolizan la terrible amenaza que el coronavirus
realmente supone para la salud de las personas mediante imágenes de peligrosos depredadores,
o, en menor medida, mediante entidades extraterrestres o de zombis, cumple con
la función autorreguladora de advertir a la consciencia, que no acaba de comprender
la auténtica dimensión del problema vital que este virus representa, la gravedad
de la situación para que corrija su actitud y, por ende, su comportamiento.
Además de todos estos resultados,
que confirman no solo lo que yo he hallado en el ejercicio de la psicoterapia
junguiana que practico, sino también lo que me han referido otros profesionales
de la salud mental, amigos y colegas, me he encontrado con lo siguiente:
- Las personas más introvertidas están afrontando mejor el estado de confinamiento. En algunos casos se ha potenciado su creatividad y ha mejorado su capacidad de introspección. Un resultado que es relativamente esperable.
- Las personas que, antes del confinamiento obligado por la pandemia, estaban experimentando un “confinamiento interior”, es decir, el inicio de una “confrontación con lo inconsciente”, han visto potenciada la emergencia de contenidos simbólicos en sus sueños referidos al arquetipo del orden (Véase mi artículo La crisis de la civilización occidental y la COVID-19): en dichos sueños aparecen símbolos de totalidad, como el mandala o círculo sagrado, la Gran Madre en su aspecto de alma del mundo o inconsciente colectivo, etc.
- Las personas con trastornos y patologías mentales previas han visto como ha aumentado o intensificado su sintomatología.
- En personas con trastornos mentales latentes, no diagnosticados antes del confinamiento, la pandemia y sus consecuencias han provocado que los síntomas se evidencien.
Cómo mejorar el sueño:
Para aquellas personas que estéis teniendo dificultades para dormir puede seros de ayuda realizar un ejercicio de relajación, introduciendo algunas fórmulas sugestivas. Por ejemplo, cuando os hayáis ido a la cama para dormir, una vez tumbados boca arriba, cerrad los ojos y os fijáis en cómo se produce la respiración. Después, cuando notéis que os estáis relajando, podéis introducir las siguientes fórmulas, que os diréis en voz baja a vosotros mismos: “estoy tranquilo, estoy muy tranquilo”. Cuando notéis que estáis relajados, y antes de quedaros dormidos, podéis introducir las siguientes fórmulas hipnóticas: “dormir es indiferente”, “lo importante es la tranquilidad”, “mediante la calma y el sosiego interior”. Estas fórmulas las podéis ir repitiendo en voz baja, con un tono monótono y suave, como cuando os dirigís a vuestro hijo/a , hasta que logréis conciliar el sueño.
Para aquellas personas que estéis teniendo dificultades para dormir puede seros de ayuda realizar un ejercicio de relajación, introduciendo algunas fórmulas sugestivas. Por ejemplo, cuando os hayáis ido a la cama para dormir, una vez tumbados boca arriba, cerrad los ojos y os fijáis en cómo se produce la respiración. Después, cuando notéis que os estáis relajando, podéis introducir las siguientes fórmulas, que os diréis en voz baja a vosotros mismos: “estoy tranquilo, estoy muy tranquilo”. Cuando notéis que estáis relajados, y antes de quedaros dormidos, podéis introducir las siguientes fórmulas hipnóticas: “dormir es indiferente”, “lo importante es la tranquilidad”, “mediante la calma y el sosiego interior”. Estas fórmulas las podéis ir repitiendo en voz baja, con un tono monótono y suave, como cuando os dirigís a vuestro hijo/a , hasta que logréis conciliar el sueño.
Desescalada del confinamiento
en el estado de alarma
Ayer, día 2 de mayo de 2020, se
inició el proceso de desescalada del confinamiento de la población que el Gobierno de España ha aprobado
recientemente. Si bien, la fase 0 está prevista que se inicie el 4 de mayo, ayer día 2 Madrid, por ejemplo, se llenó de personas paseando o corriendo
por las aceras del centro, y para mi sorpresa e inquietud, muchas de ellas sin
la más que recomendable mascarilla.
Desgraciadamente, la población,
es decir, el colectivo, no es aún suficientemente consciente de hasta qué punto
las personas que gobiernan en los diferentes países, y en el caso concreto de
España, la izquierda comunista, viene realizando una labor de ingeniería social,
esto es, de manipulación y control de la población desde que llegaron al poder.
Por supuesto que los demás gobiernos de España han ejercido la misma labor de manipulación
y control social; pero, los anteriores gobiernos, no se han visto ante una
situación como la actual: una pandemia provocada por un virus letal.
La pandemia por el coronavirus es,
como hemos visto en el apartado anterior, una auténtica amenaza para la vida de
las personas; por lo tanto, nos hallamos frente a una de las mayores crisis
humanitarias de los últimos años.
Pero, además de esta crisis
humanitaria, provocada por un agente natural infeccioso, tenemos en el
horizonte otra crisis que, si bien es aún más peligrosa, procede de la naturaleza
interior, es decir, de la psique inconsciente. Así como el peligro que el
coronavirus supone para la vida humana es aún demasiado inconsciente para una
buena parte de la población, entre otras cosas porque no podemos verlo a simple
vista; de ahí, por cierto, que los sueños hagan especial hincapié en la amenaza
que supone el virus para la vida. De igual modo, tampoco somos capaces de
darnos cuenta de la peligrosidad que supone la otra gran pandemia que azota a
la humanidad: la ideológica. La pandemia ideológica lleva años extendiéndose
por el mundo. En España, ha adoptado el ropaje de una izquierda comunista que incorpora
en su discurso las premisas ideológicas de un feminismo de tercera ola. No obstante,
ambas crisis, la provocada por el coronavirus, y la provocada por la ideología de
la izquierda comunista (materialista), pueden entenderse como dos expresiones
de un mismo arquetipo. (Para más información véase mi artículo
La crisis de la civilización occidental y la COVID-19).
Las crisis son períodos que las personalidades
psicópatas y narcisistas aprovechan para ganar aún más poder, utilizando una
serie de estrategias que son típicas del modus operandi psicopático: la
manipulación de la información, el engaño y la mentira descaradas, la irresponsabilidad
por las consecuencias de sus actos, la proyección de sus actuaciones en segundas
o terceras personas, la creación de grupos, bloques o bandos en conflicto, y algo
que es característico de la psicopatía: la incongruencia entre las palabras y
los hechos. Los psicópatas y los narcisistas malignos, hombres y mujeres, son diestros
en el manejo de la palabra. Tienen una impresionante capacidad de seducción
(también de masas) y son capaces de convencer a un interlocutor desprevenido con
una extraordinaria facilidad. Sin embargo, como suelo recomendar a mis
pacientes que han sido víctimas de psicópatas o narcisistas malignos: fíjense
muy bien en los hechos, en sus actuaciones, y es que como dice el refranero, hechos
son amores, que n o buenas razones. Miren si existe una relativa coherencia
entre lo que una persona dice y lo que hace. Si este no es el caso, pueden sospechar
que se encuentran ante un psicópata o un narcisista maligno. Muchas veces, para
poder desenmascarar a un psicópata, que como buen camaleón sabe disfrazarse con
una máscara de cordura y sentido común, hay que descubrir aquellas actuaciones
que él se encarga de mantener ocultas a la luz pública.
Por tanto, recomendamos desde aquí
que asuman una actitud de responsabilidad individual ante estas etapas de
desescalada, que forman parte de un experimento de inmunidad colectiva y aún no
tenemos una vacuna, ni fármaco adecuado para la cura efectiva de la COVID-19.
Enlaces recomendados:
https://www.youtube.com/watch?v=AIC-3toLH3s
(Patrones de sueños. Dr. Jose
Miguel Gaona).
https://www.youtube.com/watch?v=JJi-EbsNFRg
(Sobre el desconfinamiento y sus consecuencias. Dr. J.M. Gaona).
https://www.youtube.com/watch?v=LNz0JlxBZow
(Seminario sobre psicopatía)
https://www.youtube.com/watch?v=10j0Dca0v5k
(Seminario de psicopatía en las organizaciones)
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