¿QUIÉN FUE CARL GUSTAV JUNG Y CUÁL ES SU LEGADO?
Tres láminas del libro rojo. |
El tema que voy a tratar hoy está envuelto en
cierta polémica dentro de la comunidad junguiana. Sin embargo, considero que es
fundamental traerlo a este blog dedicado a la Psicología Junguiana. El tema
está relacionado con la revuelta que ha provocado el libro Catafalque: Carl Jung and the End of Humanity, publicado en el año 2018, del filósofo británico PETER KINGSLEY. KINGSLEY es autor de seis libros y
numerosos artículos en el área de la filosofía antigua, entre los que cabe destacar (Filosofía
antigua, misterios y magia), (En los oscuros
lugares del saber) y (Realidad), además
del que nos concierne, Catafalque: Carl Jung and the End of Humanity. La obra de PETER KINGSLEY trata en profundidad la labor
filosófica y el contexto histórico de dos grandes filósofos presocráticos: Parménides y Empédocles. KINGSLEY ha introducido en la comunidad junguiana un asunto que resulta
especialmente importante para todo junguiano, como es el hecho de que Carl
Gustav Jung, además de ser un psiquiatra reconocido, fue un iniciado en los
misterios de la naturaleza.
Por supuesto que este asunto, esto es, que Jung era un iniciado en los misterios de la naturaleza o, para decirlo en lenguaje junguiano, un iniciado en la profundidad de la psique, ya fue abordado por mí unos años antes, cuando escribí la novela AL FINAL DEL TÚNEL. Una historia sobre el despertar del alma, cuya tercera edición lleva por título precisamente INICIACIÓN. El estertor del patriarcado. De hecho, pueden ver el vídeo de la presentación de la novela, que tuvo la amabilidad de hacer el pintor y escritor junguiano Javier de Prada, y en la que expresamos abiertamente que la novela AL FINAL DEL TÚNEL es la narración de una INICIACIÓN a los misterios de la naturaleza, así como que Jung fue un iniciado, además de ser un científico. Les dejo el enlace a dicha presentación más abajo por si la quieren visualizar. Sin embargo, no ha sido hasta que PETER KINGSLEY ha publicado en el año 2018 el libro CATAFALQUE que la comunidad junguiana se ha tomado en serio este tema fundamental. De hecho, la inmensa mayoría de las formaciones de psicólogos junguianos parece olvidar lo que es nuclear en la obra junguiana y, por lo tanto, en el abordaje psicoterapéutico de orientación junguiana: la INICIACIÓN. Y esto se ha hecho absolutamente evidente desde la publicación del LIBER NOVUS o LIBRO ROJO de Carl Gustav Jung en el año 2009. Este libro, para aquellos que no lo sepáis, es la obra más íntima del psiquiatra suizo. De hecho, es la prueba tangible de su INICIACIÓN a los misterios de la naturaleza, de su descenso a los infiernos (o sea, a lo inconsciente) y de su encuentro personal con las potencias espirituales o arquetipos de lo inconsciente colectivo.
Realizada esta introducción, quería hablarles de un tema de investigación en el que llevo años inmerso y que está muy relacionado con la Psicología Junguiana y su modo de abordar la psique. Hasta ahora no he querido hablar sobre este asunto en público porque resulta polémico. Pero la publicación del libro de KINGSLEY, así como la entrevista que le hizo el reconocido analista junguiano Murray Stein, autor del libro El mapa del alma según Jung, (os dejo en enlace a la entrevista en la descripción del vídeo) han provocado que me anime a expresar en público mi parecer. De lo que quiero hablar es de la dicotomía entre la personalidad número 1, aquella volcada hacia el mundo y relacionada con lo que Jung denomina en su obra teórica máscara social o persona, y la personalidad número 2, que es aquella volcada hacia la profundidad del hombre. Una dicotomía que se presenta tanto en Jung, como en toda persona que esté inmersa en un proceso de individuación. Cuando se realiza un descenso a lo inconsciente se descubren experiencialmente los principios que gobiernan el mundo (la Realidad detrás de la realidad) y se desarrolla la personalidad número 2. Esta personalidad está en contacto con una corriente subterránea que atraviesa la historia de la humanidad y le aleja al "iniciado" de los valores de la época (JUNG denomina a esta corriente con el nombre de espíritu de la profundidad).
Así, cuanto más avanza el iniciado en la individuación más se aleja su consciencia de los valores de la época y más se aproxima a los valores universales: el iniciado descubre su filiación espiritual, una filiación que lo conecta, como si de una hermandad se tratara, con los grandes iniciados de toda época.
Esto, aplicado a la psiquiatría y a la psicología, supone un tremendo dilema: la individuación es un asunto de muy pocos, como lo fue la alquimia auténtica o la astrología, y, en general, el hermetismo. La psicología junguiana pretende ser la heredera de esa tradición alquímico-hermética, y de hecho lo es, pero entonces deja de ser una disciplina científica (porque trasciende toda ciencia) para convertirse en la continuadora de una tradición espiritual milenaria de carácter gnóstico.
De modo que, la psicología junguiana, y su heredera y continuadora la psicología transpersonal, es a mi entender una versión moderna y/o postmoderna de una tradición gnóstico-hermética. Y, como lo fue en su momento la alquimia y el hermetismo, un asunto que solo concierne a unos pocos. El intento de Jung de universalizar esa experiencia fue un fracaso, tanto en vida de Jung, como tras su muerte, y todas las formaciones de analistas junguianos están centrados en la personalidad número 1, de manera que lo realmente importante del legado junguiano, que es la iniciación, el descenso a lo inconsciente y la relación de la consciencia con el espíritu de la profundidad queda completamente al margen. Porque esa experiencia es precisamente convocada por la profundidad y no está garantizada por ninguna formación académica, ni por acreditación alguna. El mismo Jung favoreció en su obra teórica esta confusión al enfatizar tanto la personalidad número 1, la de psiquiatra reconocido, muy en la línea de su personalidad leonina, con ese afán de obtener prestigio en el ámbito de la comunidad científica. Pero lo cierto es que, si nos atenemos a las publicaciones del Liber Novus o Libro Rojo y de los Libros Negros no nos queda otro remedio que rendirnos ante la evidencia: JUNG fue un INICIADO. Dicho esto, la importancia de la INICIACIÓN radica en la realización de la totalidad del INICIADO, es decir, del individuando. Ser junguiano no es, por lo tanto, lo fundamental, sino únicamente realizar el proceso de individuación siendo fiel a la voz de la profundidad.
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