Esta noche pasada, tuve un sueño en el que aparecía la figura de C. G. Jung. Me encontraba, con mi pareja, en su casa de Suiza. Como estaba en su interior no sabía bien en qué lugar estaba. Pero tenía la impresión de que me hallaba en su torreón. El caso es que mi pareja y yo estábamos hablando con él. Primero, estuvo conversando con mi pareja en un tono muy distendido, en inglés por supuesto, y parecía que se encontraban muy agusto. Luego, mi pareja se marchó, y me quedé con el anciano Jung a solas. Estuvimos hablando, al principio, acerca del proceso de individuación, creo recordar. De pronto, levanta la cabeza y clavando su penetrante mirada, empieza a preguntarme varios asuntos relacionados con mis estudios académicos. El diálogo, aunque tuvo lugar en inglés, lo reproduzco en castellano.
-José, ¿qué estudios superiores has cursado hasta ahora?- Me pregunta Jung, muy interesado.
-Pues, me he licenciado en Ciencias Ambientales y, en estos momentos, estoy estudiando la carrera de Psicología.- Le respondo, un poco apurado y titubeante. Sentía que, frente a la multitud de sus títulos de doctor honoris causa, mis titulaciones eran insignificantes.
-Eso está muy bien, José - me dice con cierta satisfacción. Me dio la impresión de que le interesaba que hubiera estudiado Ciencias Ambientales. Entonces, recordé que él mismo se debatió entre estudiar Ciencias Naturales y Psiquiatría, decantándose, al final, por esta última.
-José, ¿no hay ninguna Fundación, en tu país, que imparta psicología analítica?- Me preguntó con interés.
-Sí, Carl, claro. La Fundación C. G. Jung de España- respondí, de inmediato.
-Muy bien, José.- Y, clavando su mirada en mí, afirmó con rotundidad: - Entonces, eso es lo que debes hacer, formarte como analista.
El sueño concluyó ahí.
El sueño es, desde luego, compensatorio. Compensa mi actitud consciente, que manifesté en la entrada de ayer, como fiel representante que soy del puer aeternus. Aquí, el Senex Jung me indica cuál es la siguiente etapa de mi viaje. Marca los límites con precisión. Debo graduarme en Psicología y, posteriormente, prepararme como analista jungiano. Así que, como suele decirse, "donde manda Capitán, no manda marinero".
Apostillo aquí que, aunque soy consciente de que la institución española habilitada para conceder la preparación de analista junguiano es la SEPA, en el sueño se produjo esa confusión. Tiene, desde luego, su razón de ser y su significado, pero, como es natural, y dado que pertenece a mi privacidad, no lo voy a revelar.
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