domingo, 13 de octubre de 2019

¿Quién es JOKER? El arquetipo del Guasón, Bufón, Arlequín o Loco.


¿Quién es JOKER? El arquetipo del Guasón, Bufón, Arlequín o Loco.


José González
Psicólogo, terapeuta de orientación junguiana, escritor y ambientólogo.

JOAQUÍN PHOENIX interpretando a JOKER.



El pasado sábado 12 de octubre pude, por fin, ver la película JOKER, protagonizada por Joaquín Phoenix, a quien ya conocía por otros papeles como el que hizo en Gladiator, dando expresión al atormentado emperador Cómodo. 

Dirigida por Todd Phillips a partir del guión escrito por Scott Silver, JOKER cuenta con un reparto excepcional: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz y Frances Conroy, entre otros.

La película nos muestra la historia de un comediante fracasado, llamado Arthur Fleck, ignorado y repudiado por la sociedad en la que vive. Este comediante de aspecto ingenuo y bonachón tiene que hacer frente a la crueldad, al desprecio y a la humillación constantes de un sistema cuya falta de humanidad ralla lo psicopático. Payaso de día se esfuerza en convertirse en comediante de éxito por la noche. Pronto descubre que el destino hace de su vida una broma, una payasada. Inadaptado e incomprendido por el ambiente que lo rodea, padece de un raro trastorno neurológico denominado Epilepsia gestáltica, que le hace reír incontrolada e inapropiadamente, y que cobra mayor intensidad cuanto más intenta contener su risa, problemática que lo expone a situaciones ridículas y por la que recibe soberanas palizas.

La interpretación que JOAQUÍN PHOENIX hace de JOKER es magistral. La película nos presenta a un hombre con un destino francamente durísimo. Con una infancia de maltrato, una madre con trastorno de la personalidad narcisista y una biografía plagada de malos tratos físicos y psíquicos, ninguneo, desprecio e incomprensión. Arthur es un hombre con un pasado colmado de conflictos intrapsíquicos no resueltos que finalmente desembocan en un comportamiento antisocial.

El director, Arthur Fleck, hace un espléndido trabajo al mostrar al público un tipo de sociedad que es un perfecto reflejo de aquella en la que vivimos los occidentales: una sociedad que premia las actitudes narcisistas y psicopáticas, despreciando a las personas más desfavorecidas, a las personas con algún trastorno mental o con discapacidades psíquicas o físicas y, en general, a todas aquellas personas que no se adaptan a un sistema cada vez más inhumano. Una sociedad en la que, como reverso tenebroso del monstruo del progreso tecnológico y científico, hallamos una involución cultural y civilizatoria que parece hacernos retroceder a los momentos más oscuros de la historia reciente de la humanidad. Y es que, cuando una civilización pierde la cohesión, la unidad y el Sentido que proporciona un Símbolo, podemos afirmar que dicha civilización se encuentra en decadencia. Tal es la situación de nuestra cara civilización occidental.
  
El resultado de semejante sistema es, precisamente, la emergencia de aquello que una sociedad asentada en una serie de valores anticristianos, materialistas e inhumanos promueve: JOKER. En sincronicidad vemos la irrupción de este arquetipo en Barcelona precisamente, durante toda esta semana tras conocer la Sentencia del Proces.

Desde un punto de vista arquetípico este personaje representa al Loco de la Baraja del Tarot. También conocido como Arlequín, Guasón o Bufón. Personifica un principio dionisíaco que procede de lo inconsciente y cuya función es la redención del mundo consciente. Con la guasa que caracteriza a los bufones o arlequines estos personajes son portadores de profundas verdades que disfrazan o presentan con un inteligente sentido del humor. Ahora bien, cuando este principio es rechazado, repudiado por la consciencia colectiva, puede irrumpir en la psique/mundo oponiéndose a aquella y, en su caso, provocando un caos destructivo que fuerza un cambio de actitud. Tal es lo que observamos en la película JOKER.

En un artículo de prensa médica leí que una MIR había diagnosticado al Joker como psicópata epiléptico, según la clasificación de E. Kretschmer, explosivo según la de Kurt Schneider e impulsivo según Homburguer. En nuestra opinión este diagnóstico no es correcto de ningún modo. Joker no es un psicópata, de acuerdo con los conocimientos que hoy tenemos de la psicopatía: ni su estructura de personalidad cumple los criterios diagnósticos de una psicopatía, como son la ausencia de empatía, la crueldad, la cosificación de las personas, la búsqueda de poder, el maltrato emocional, la mentira patológica, la manipulación, la egolatría y un elevado egocentrismo; ni en su biografía observamos la tríada que suele caracterizar el comportamiento psicopático temprano: el maltrato animal, la eneuresis y la piromanía.

Quienes trabajamos con pacientes que han padecido la actuación de un psicópata en sus vidas conocemos la estructura de personalidad de un psicópata, y sus comportamientos, tan característicos, de los que, desde luego, JOKER carece. 

Un psicópata, desde un punto de vista arquetípico, encarna el arquetipo del EMBAUCADOR o TRICKSTER, caracterizado por ser un mentiroso, un manipulador y un impostor.

Por lo demás, sí estamos de acuerdo en el diagnóstico de dicha residente en lo que se refiere al trastorno neurológico que padece.