¿Quién es JOKER? El arquetipo del Guasón, Bufón, Arlequín o Loco.
José González
Psicólogo, terapeuta
de orientación junguiana, escritor y ambientólogo.
JOAQUÍN PHOENIX interpretando a JOKER. |
El pasado sábado 12 de octubre
pude, por fin, ver la película JOKER, protagonizada por Joaquín Phoenix, a quien
ya conocía por otros papeles como el que hizo en Gladiator, dando expresión al
atormentado emperador Cómodo.
Dirigida por Todd Phillips a partir del guión escrito por Scott Silver, JOKER cuenta con un reparto excepcional: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz y Frances Conroy, entre otros.
Dirigida por Todd Phillips a partir del guión escrito por Scott Silver, JOKER cuenta con un reparto excepcional: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz y Frances Conroy, entre otros.
La película nos muestra la
historia de un comediante fracasado, llamado Arthur Fleck, ignorado y repudiado
por la sociedad en la que vive. Este comediante de aspecto ingenuo y bonachón
tiene que hacer frente a la crueldad, al desprecio y a la humillación
constantes de un sistema cuya falta de humanidad ralla lo psicopático. Payaso de
día se esfuerza en convertirse en comediante de éxito por la noche. Pronto
descubre que el destino hace de su vida una broma, una payasada. Inadaptado e
incomprendido por el ambiente que lo rodea, padece de un raro trastorno neurológico
denominado Epilepsia
gestáltica, que le hace reír incontrolada e inapropiadamente, y que
cobra mayor intensidad cuanto más intenta contener su risa, problemática que lo
expone a situaciones ridículas y por la que recibe soberanas palizas.
La interpretación que JOAQUÍN PHOENIX
hace de JOKER es magistral. La película nos presenta a un hombre con un destino
francamente durísimo. Con una infancia de maltrato, una madre con trastorno de la personalidad narcisista y
una biografía plagada de malos tratos físicos y psíquicos, ninguneo, desprecio e incomprensión. Arthur
es un hombre con un pasado colmado de conflictos intrapsíquicos no resueltos
que finalmente desembocan en un comportamiento antisocial.
El director, Arthur Fleck, hace un espléndido
trabajo al mostrar al público un tipo de sociedad que es un perfecto reflejo de
aquella en la que vivimos los occidentales: una sociedad que premia las
actitudes narcisistas y psicopáticas, despreciando a las personas más
desfavorecidas, a las personas con algún trastorno mental o con discapacidades
psíquicas o físicas y, en general, a todas aquellas personas que no se adaptan
a un sistema cada vez más inhumano. Una sociedad en la que, como reverso tenebroso
del monstruo del progreso tecnológico y científico, hallamos una involución
cultural y civilizatoria que parece hacernos retroceder a los momentos más oscuros de la historia reciente de la humanidad. Y es que, cuando una
civilización pierde la cohesión, la unidad y el Sentido que proporciona un
Símbolo, podemos afirmar que dicha civilización se encuentra en decadencia. Tal es la
situación de nuestra cara civilización occidental.
El resultado de semejante sistema es, precisamente, la emergencia de
aquello que una sociedad asentada en una serie de valores anticristianos,
materialistas e inhumanos promueve: JOKER. En sincronicidad vemos la irrupción de este arquetipo en Barcelona precisamente, durante toda esta semana tras conocer la Sentencia del Proces.
Desde un punto de vista
arquetípico este personaje representa al Loco de la Baraja del Tarot.
También conocido como Arlequín, Guasón o Bufón. Personifica un principio dionisíaco que procede de lo
inconsciente y cuya función es la redención del mundo consciente. Con la guasa
que caracteriza a los bufones o arlequines estos personajes son portadores de
profundas verdades que disfrazan o presentan con un inteligente sentido del
humor. Ahora bien, cuando este principio es rechazado, repudiado por la consciencia
colectiva, puede irrumpir en la psique/mundo oponiéndose a aquella y, en su
caso, provocando un caos destructivo que fuerza un cambio de actitud. Tal es lo
que observamos en la película JOKER.
En un artículo
de prensa médica leí que una MIR había diagnosticado al Joker como
psicópata epiléptico, según la clasificación de E. Kretschmer, explosivo según
la de Kurt Schneider e impulsivo según Homburguer. En nuestra opinión este
diagnóstico no es correcto de ningún modo. Joker no es un psicópata, de acuerdo
con los conocimientos que hoy tenemos de la psicopatía: ni su estructura de
personalidad cumple los criterios diagnósticos de una psicopatía, como son la
ausencia de empatía, la crueldad, la cosificación de las personas, la búsqueda
de poder, el maltrato emocional, la mentira patológica, la manipulación, la
egolatría y un elevado egocentrismo; ni en su biografía observamos la tríada que
suele caracterizar el comportamiento psicopático temprano: el maltrato animal,
la eneuresis y la piromanía.
Quienes trabajamos con pacientes
que han padecido la actuación de un psicópata en sus vidas conocemos la
estructura de personalidad de un psicópata, y sus comportamientos, tan
característicos, de los que, desde luego, JOKER carece.
Un psicópata, desde un punto de vista arquetípico, encarna el arquetipo del EMBAUCADOR o TRICKSTER, caracterizado por ser un mentiroso, un manipulador y un impostor.
Un psicópata, desde un punto de vista arquetípico, encarna el arquetipo del EMBAUCADOR o TRICKSTER, caracterizado por ser un mentiroso, un manipulador y un impostor.
Por lo demás, sí estamos de
acuerdo en el diagnóstico de dicha residente en lo que se refiere al trastorno
neurológico que padece.