El pasado día 10 de noviembre del año 2010, asistí a la presentación que tuvo lugar en Madrid, en el auditorio de Recoletos de la Fundación Mapfre, organizado por MALBA-FUNDACIÓN COSTANTINI (Museo de Arte latinoamericano de Buenos Aires), del LIBRO ROJO o LIBER NOVUS del psiquiatra y psicólogo CARL GUSTAV JUNG (1875-1961).
Debo decir que, cuando me enteré de la noticia, el mismo día en que fue publicada en la página web de la Fundación Carl Gustav Jung española, pensé que no acudiría a la presentación. Me dije: "mi agenda está bastante completa y, además, iré solo y sin conocer a nadie en el evento". Pero, al final, se produjeron varios acontecimientos, que no cabe explicar aquí pero, que hicieron que cambiara de parecer.
Uno de los motivos fundamentales por los que acudí a aquella cita, que el Destino me tenía "preparada", por así decir, radica en la inminente edición de mi último libro, titulado LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS, y que publicará, muy probablemente, a finales de este mes de noviembre la editorial Entrelíneas Editores. Este libro, que se ha enmarcado en el género de novela histórica, en realidad es un trabajo de comprensión de las imágenes que emanaron a mi conciencia desde las profundidades de lo Inconsciente, desde finales del año 1999 hasta bien entrado el 2002, por lo que, ciertamente, el lector podrá comprobar que se distancia del habitual formato de una novela: contiene relatos cortos, sueños y poesías. Pero, lo que hace de LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS un libro, en cierto modo, peculiar es que no se trata de una novela que narre acontecimientos históricos en un sentido cronológico. Antes bien, me valgo de la investigación histórica de los orígenes del cristianismo, especialmente del gnosticismo, así como de las ramificaciones de este conocimiento intuitivo e inmediato de la chispa divina, en un esfuerzo consciente por comprender las imágenes que, durante aquellos años, me invadieron, arrasando mi anterior visión del mundo, como si de un Diluvio Universal psíquico se tratase. En cierto modo, este libro es una continuación y una amplificación de ciertos símbolos que había tratado, sucintamente, ya en El retorno al Paraíso Perdido, libro éste al que consagré cerca de tres años. Por motivos prácticos, LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS no contiene imágenes (algo que yo hubiera deseado), como sí es el caso del Libro Rojo de Jung, de manera que me he tenido que conformar con que su portada sea la que, así lo espero y deseo, trasmita su esencia.
Imagen extraída de Alfa y Omega distribuidores |
Así que, cuando leía un fragmento de C. G. Jung (1957), reproducido en uno de esos folletos publicitarios que daban gratuitamente en la entrada del auditorio, donde decía que "Los años en los que seguí a mis imágenes internas fueron la época más importante de mi vida y en la que se decidió todo lo esencial", encontraba una tremenda resonancia interna. Pues, en efecto, así fue como me sucedió a mí en aquella oportunidad. De hecho, no fue por mera casualidad que hubiese dedicado los cinco años previos a la emergencia de mis imágenes interiores al estudio de la obra, por aquel entonces traducida al castellano, de Jung, ni tampoco que fuese "acompañado", desde bastantes años atrás, por una mujer madura, quien se convirtió, para mí, en una Maestra en el arte de la comprensión de los mensajes de lo inconsciente. Aquella mujer, cuyo nombre prefiero no develar aquí, escribía del mismo modo que Carl Gustav Jung lo hace en su LIBER NOVUS. De hecho, incluso con una belleza estética mayor que en el caso de las góticas letras del libro de Jung. Desde luego, una auténtica catedral gótica. Ahora mismo me viene a la memoria que uno de los símbolos del Santo Grial es, además de la copa o la crátera, el libro. Pero, no cualquier libro. Sino aquél revelado por la paloma del espíritu santo.
Tras tomar asiento en el auditorio, y reconocer a los que iban a presentar el Libro Rojo de Jung, mi pareja puso en marcha la grabadora de su teléfono móvil, para disponer de lo que en aquel acto se dijera. Enrique Galán Santamaría comenzó explicando cómo este libro, escrito entre 1913 y 1928 es, en su intento de encontrar su propio mito, el ejemplo vivo del método que Jung denominó Imaginación Activa. Este método permite que la conciencia diurna, tras descender de nivel energético o mental, tenga acceso a lo Inconsciente, interactuando con las imágenes que de allí van surgiendo. Con ello, se va diferenciando lo que Jung denominó la función trascendente, que es aquella relacionada con la génesis de símbolos y permite la comunidad de sentido entre contenidos conscientes e inconscientes, en ese intento de comprender el trasfondo psicológico (mito) que le habita. Si bien, el mito que surge en esa dialéctica que Jung mantiene con su inconsciente es individual, sólo válido para él, el método en sí, o sea, la dialéctica entre la consciencia y lo Inconsciente, pone al descubierto un camino circular o, más bien, en espiral, que conduce hacia un fin, que es la realización de la Totalidad del individuo. De esta suerte, la sanación está estrechamente vinculada con los procesos creativos, entendidos estos como una manifestación o expresión, que dependerá de las aptitudes de cada persona, de los contendios que emergen desde lo Inconsciente.
En este sentido, las palabras que Jung escribe en el Liber Primus, la primera parte de las tres en que está subdividido el LIBER NOVUS o Libro Rojo, dejan traslucir claramente la existencia de dos espíritus, cuando afirma "He aprendido que, además del espíritu de este tiempo, aún está en obra otro espíritu, que domina la profundidad de todo lo presente. El espíritu de este tiempo quiere oír acerca de la utilidad y el valor (...) Pero no reparé en que el espíritu de la profundidad posee, desde antaño y en todo el futuro, más poder que el espíritu de este tiempo que cambia con las generaciones. El espíritu de la profundidad tomó mi entendimiento y todos mis conocimientos, y los puso al servicio de lo inexplicable y de lo contrario al sentido. Me robó el habla y la escritura para todo lo que no estuviera al servicio de la fusión mutua del sentido y contrasentido, que da por resultado el suprasentido." Y, fíjense, como dice Jung que es en la fusión mutua del sentido y el contrasentido, simbólicamente expresado en el misterio de la conjunción del Sol y de la Luna, o de lo consciente y lo inconsciente, una auténtica Boda Mística, que nace el suprasentido. Jung, aquí se está refiriendo al nacimiento del arquetipo del Ser (Self), al que denomina, también, personalidad superior, Totalidad o Sentido (Tao, según la traducción de R. Whilelm). Es decir, en el Libro Nuevo, se trata del re-nacimiento de la Imago Dei en el interior del alma humana, en el Mundus Imaginalis de Henry Corbin, que media entre el Cielo y la Tierra, entre el Mundo platónico de las Ideas o arquetipos de lo Inconsciente Colectivo, y el cuerpo y sus instintos. En ese Mundus Imaginalis, en lo Inconsciente Colectivo, se manifiestan los principios eternos, habla el espíritu de las profundidades a la consciencia del hombre, en forma de símbolos, pues ese es, como lo ha sido siempre, su lenguaje.
El espíritu de la época, al que Bernardo Nante denominó conciencia colectiva, "los criterios, los principios que gobiernan nuestra sociedad, nuestra cultura, y que tienen que ver con la utilidad, el valor, la justificación racional". El espíritu de la profundidad, en cambio, es el Más Allá, la Otredad, lo Inconsciente, en términos de Jung. Así, en el LIBER NOVUS, lo que se plantea es que la conciencia ha de desplazarse entre ambos polos, del espíritu de la época o conciencia colectiva al espíritu de las profundidades y de éste al otro. Como decíamos antes, se trata de una dialéctica entre la conciencia y lo inconsciente, un diálogo con el espíritu de las profundidades que nos habita. El arquetipo del "Loco", tal y como aparece en el Tarot, por ejemplo, ejemplificaría un tipo de "locura iniciática", que es la que Jung considera sana o saludable, porque representa precisamente la capacidad de moverse con libertad desde el mundo de lo Inconsciente a la conciencia colectiva, desde el más acá, al más allá y, desde allá, de vuelta al más acá, en un movimiento centrovertido (orientado hacia el centro).
Imagen extraída de Hemisferio Derecho |
Esto último nos permite comprender el sentido profundo de la obra de Jung: renovar el ropaje con el que se invisten los principios eternos, utilizando el lenguaje científico de la época en que vivió. Y es aquí, en este sentido preciso, donde mi obra y la de Jung confluyen. De hecho, he bebido de su Fuente, aquella de la que él mismo bebió, del espíritu de las profundidades, y gracias, en buena medida, a su monumental obra científica, aunque no sólo a ella, he ido comprendiendo los mensajes simbólicos que ese espíritu me fue enviando, a través de aterradoras, sobrecogedoras y fulgurantes imágenes, de un lado, y de tormentosas experiencias y daemónicas vivencias, de otro lado.
Sin embargo, debo señalar aquí que, aunque disponía del Libro Rojo en Inglés desde hace meses, no lo he abierto y revisado hasta hoy, debido, en buena medida, a la consagración de mi tiempo a la realización de mi propio LIBER NOVUS, la manifestación de mis propias vivencias en los dos últimos libros que he escrito: LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS y una interpretación del simbolismo de la última película de James Cameron, AVATAR. El primero de ellos me llevó unos cinco años de trabajo, en los que he rumiado y elaborado parte de los contenidos e imágenes que surgieron en sazón, para traducirlos al lenguaje de ésta época. El segundo, en cambio, surgió casi sin esfuerzo, dejando, por momentos, que ese espíritu de las profundidades me hablara y se expresara a través de mí. Sin perjuicio de que, mi pareja, manifestación del anima para mi, también ha participado en este caso.
En breve, podrán disfrutar del contenido de la presentación.
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