José González. Psicólogo y terapeuta de orientación junguiana.
Hace
ahora tres años y tres meses que publiqué el libro Cómo integrar tu sombra.
Se trata del sexto libro de mi autoría y uno de los más vendidos, no solo en España,
sino sobre todo en otros países. He recibido mensajes de agradecimiento y,
también, algunas críticas que me han servido para reflexionar acerca de lo
adecuado del contenido del texto y de la idoneidad de su título.
Si hay algo sobre lo que he reflexionado desde entonces, y de lo que me
gustaría escribir ahora en Psicología Profunda y Espiritualidad, es de los
diversos malentendidos alrededor del trabajo de reconocimiento y, sobre todo,
de integración de los contenidos a los que la psicología junguiana denomina sombra.
La
extensión de una actitud ingenua, presente en lo que se ha venido llamando Psicología
positiva, con mucho éxito en la cultura occidental, según la cual la
consciencia del individuo debe hacerse amiga del enemigo, reconocerlo e
integrarlo como parte de sí mismo, ha provocado que, en ocasiones, se
malinterpreten las palabras que expreso en mi libro Cómo integrar tu sombra.
Aclaro
aquí, por tanto, que al hablar de sombra,
como lo hizo el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung en su momento, me estoy refiriendo concretamente a aquellos
contenidos de lo inconsciente personal, o del inconsciente freudiano, que están
presentes en la psique de todo individuo. Se trata, por tanto, de aquellos
vicios, vulnerabilidades, modos indeseables de comportarse, deseos
insatisfechos no expresados, etc. En definitiva, contenidos reprimidos o suprimidos
por la consciencia porque entran en conflicto con la autoimagen que tenemos de
nosotros mismos. Dichos contenidos pueden y deben ser reconocidos por la
consciencia como pertenecientes a la psique inconsciente personal e integrados
en la medida de lo posible. De hecho, este constituye
el primer trabajo del proceso alquímico al que los junguianos denominamos
proceso de individuación.
Ahora
bien, existen contenidos de la sombra colectiva que la consciencia únicamente
puede reconocerlos como ajenos a sus propios valores morales, y a su identidad
humana, los cuales, en lugar de integrarlos, debe combatirlos. De ahí la
importancia de la diferenciación o discriminación entre aquello que el
individuo puede y debe integrar, para lo cual debe primero reconocerlo como
parte de sí mismo, por ejemplo aspectos indiferenciados o subdesarrollados de
su psiquismo (funciones inferiores), de aquellos contenidos que directamente
debe combatir con todas sus fuerzas, porque forman parte de la oscuridad del Self.
Por
ejemplo, las personalidades psicopáticas y narcisistas malignas son una expresión
del mal, como expusimos en un artículo
anterior. La consciencia ni puede, ni debe integrar semejantes actitudes
malignas, sino, al contrario, debe combatirlas con todas sus fuerzas. El
trabajo con las personalidades narcisistas y psicopáticas favorece de hecho el
enfrentamiento directo con elementos peligrosos, cuya pretensión es destruir la
individualidad, física y/o psíquicamente. También favorece la revisión de los
contenidos inconscientes que están presentes en la vinculación con este tipo de
personalidades en quienes están involucrados emocionalmente con ellos.
Estas
consideraciones se hacen necesarias a la hora de abordar cualquier lectura sobre
la sombra. En ocasiones el título ha
llevado a confusión a algunos lectores porque les ha generado una expectativa
equivocada. El libro es una exposición, desde diferentes ángulos, de los contenidos
de la sombra. No tiene la pretensión de ser omnicomprehensivo, y tampoco de servir
como guía de autoayuda para integrar la sombra. Ningún libro puede hacer esto.
Ni siquiera lo puede hacer un terapeuta. Este, igual que un libro, podría
servir de revulsivo y, hasta cierto punto, de guía para la integración de los
contenidos de la sombra, siempre que el proceso
de individuación se halle "constelado" en la psique del
individuo. De lo contrario, ni el mejor libro del mundo sobre la sombra, ni el
mejor terapeuta junguiano (si es que esto se puede afirmar así) podrán hacer
nada para que el individuo reconozca e integre su sombra.
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