En esta entrada, y tras cuatro ya dedicadas a la interpretación de los símbolos más conspicuos de la película AVATAR, ha llegado el momento de abordar, aunque más no sea escuetamente, uno de los puntos neurálgicos más importantes de la película. Me estoy refiriendo, como no puede ser de otro modo, a la lucha que tiene lugar entre Jake y el coronel Miles Quaritch. Quien tiene un poco de experiencia de vida y, además, y sobre todo, conoce algo el funcionamiento del alma humana, sabe que, uno de las manifestaciones del arquetipo del Puer aeternus es su lucha contra el Senex, Saturno.
Esta lucha, a un nivel arquetípico, se manifiesta de múltiples formas. Podemos recordar, como ejemplos sobresalientes de esta lucha, la que sucede en la Saga de la Guerra de las Galaxias, tomando forma en la lucha de Look Sky walker, el Puer aeternus, contra Dark Vader, el Senex o Saturno, el arquetipo del Padre. Y, en AVATAR, la hallamos en esa lucha que tiene lugar entre Jake y el coronel Miles, su superior y adversario.
¿Qué representa esta lucha, en realidad? Representa la lucha contra el Sistema, contra unas escleróticas normas tradicionales que han adquirido tal rigidez que asfixian toda manifestación de Vida. Estas normas tradicionales, representan, con toda claridad, el arquetipo Senex o Saturno que devora a sus hijos.
Pero esa lucha no es una lucha baldía, como vemos en la película, sino, antes bien, lo que busca, en el fondo, el Puer aeternus, renacido tras su iniciación en el mundo de Pandora, al luchar contra el Senex, es romper las anquilosadas estructuras que, con el tiempo, se han hecho rígidas y escleróticas, para reformarlas mediante una renovación. Ese es el cometido del Puer, como vemos muy bien representado en AVATAR.
Eso que hace el Puer, la lucha por la renovación y la transformación de las estructuras anquilosadas, que es su cometido último (aunque, en el fondo, pudiera ser que el propio puer no sea consciente del meollo arquetípico allende las apariencias, esto es, de lo que sucede en el fondo de lo Inconsciente y lo que le impulsa a luchar) también supone, en cierto modo, una lucha de poder. Esto viene simbolizado, en los mitos, mediante la lucha del desterrado joven príncipe contra su enemigo y que puede manifestarse de múltiples formas: como Gigante, como Mago Negro o adversario. Dos ejemplos modernos, además del que vemos en AVATAR, los hallamos en la esotérica película El Rey León, de Walt Disney, así como en El Retorno del Rey, la tercera parte de la trilogía del Señor de los Anillos.
Es importante conocer la dinámica de lo inconsciente, es decir, el juego de opuestos que subyace al mundo de la manifestación, para ser conscientes de que, cada cual, tiene una función o un papel que cumplir en la vida. Y cada cual tiene su Cruz, su Destino. El destino de Jake es el de convertirse en el Puer aeternus, un héroe solar, y llevar a cabo la renovación que se precisa para que la vida en la Tierra pueda continuar.
Por lo tanto, en Jake Sully encontramos las siguientes pruebas que son típicas del Puer aeternus:
1. Lucha contra el Dragón (como Madre), que luego se convierte en su aliado y fiel compañero.
2. Lucha contra el Adversario (como Padre o Senex), personaficado en la figura del coronel, su superior jerárquico.
Cada una de estas pruebas arquetípicas representa una etapa distinta del viaje heroico. Utilizando un lenguaje simbólico, la lucha contra el Dragón simboliza la separación del hogar familiar, del nido, de la Madre y jalona el inicio del proceso de individuación. Con ello, el héroe se adentra en lo novedoso, de la Psique y del Mundo, lo que en AVATAR viene representado por el mundo de Pandora; es algo así como el ocaso del Sol, que al ponerse comienza un viaje sublunar o nocturno a las entrañas de la Diosa, de Pandora. Después, cuando el Sol ha atravesado toda la fase de Noche, o sea, cuando ha entrado en las entrañas del Útero de la Diosa (la Luna con todas sus fases), se ha integrado en ese mundo y ha conocido los verdaderos tesoros que guarda; entonces, y sólo entonces, Jake, representante del renacido Puer, regresa al futuro. A semejanza de lo que sucede cuando sale el Sol, en la alborada, y comienzan a verse los primeros rayos de luz solar, Jake, tras ese viaje heroico, porta las nuevas ideas, las nuevas tendencias que habrán de manifestarse en la Tierra si se desea que la Vida continúe.
Aquí, la prueba es la lucha contra el Senex, contra el Sistema, contra la Máscara o Persona a nivel social; lo que denomina Freud el Superyo. Como en la etapa anterior, se trata de una ruptura. Pero ahora no es para con el hogar, o sea, para con aquella tendencia que le impide evolucionar en su encuentro con el Mundo (interior y exterior), como le sucede a Peter Pan, por ejemplo, antes de su encuentro con el capitán Garfio; sino, antes bien, se trata de un enfrentamiento para con las Normas Tradicionales, defendidas de un modo rígido, que han servido en una etapa de evolución colectiva anterior, y que, por tanto, tuvieron su razón de ser, pero que se han vuelto obsoletas, rígidas, escleróticas e impiden que la vida fluya. En esa lucha, el cometido del Puer es, como digo, traer a la luz de la consciencia de los seres humanos los tesoros que ha hallado en su viaje a las profundidades de la Diosa. En definitiva, es un viaje de vuelta, una Odisea homérica, tras ese retorno al Paraíso perdido que es Pandora, la Diosa, Gaia, con el fin de promover una renovación de la Vida (renovar el maltrecho sistema, lo que hace que ese Rey-Senex de las leyendas artúricas esté tullido y, con ello, también lo esté todo su reino).
Continuará...
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