¿En qué consiste la psicoterapia de orientación junguiana tal y como la entiendo y practico en mi consulta y ON LINE?
Por José González
Por José González
Cuando comencé a estudiar por primera vez Psicología
analítica, hace ahora algo más de dos décadas, simultaneaba estudios en
Ciencias Ambientales. Por aquél entonces ya avizoraba la necesidad e
importancia de incluir, como una dimensión más en el tratamiento
terapéutico, la relación de la persona con la Naturaleza. No obstante, por mi formación como ambientólogo, concebía la relación en sentido contrario: para tener una mayor sensibilidad y consciencia ambiental consideraba que era necesario incluir en la ecuación el resto de dimensiones humanas (véase más adelante).
En los últimos años de mi formación como científico ambiental me dí cuenta de que
estábamos viviendo una "crisis ecológica" mundial. Sin embargo, por
aquel entonces, a finales del siglo XX, aún no era
plenamente consciente de la importancia del trabajo terapéutico de las
dimensiones más profundas de la psique, si queríamos sobrevivir como especie en este maravilloso planeta llamado Tierra. Y, sobre todo, de que el inicio
del camino que conduce a la expresión de la verdadera autenticidad del
individuo le hace a este, al ser humano, tomar consciencia de la importancia de ser
respetuoso con el medio ambiente.
La autorrealización de la profundidad del hombre provoca que su consciencia se vea transformada. Que abandone la estrecha perspectiva subjetiva, esa vanagloria del yo que es uno de los criterios diagnósticos del narcisismo -el malestar de nuestra cultura -, (pese a que sea precisamente la ausencia de un yo firme lo que caracteriza a todos los trastornos de la personalidad del cluster B) y se abra a una cosmovisión que incluye la interdependencia del hombre con la Naturaleza.
Transcurridos cerca de 10 años desde la finalización de mi formación como ambientólogo y ya inmerso en el ámbito de la psicología, se me hizo cada vez más claro que un tratamiento psicológico eficaz debía considerar todas las dimensiones que conforman la realidad del individuo. Por ese motivo, en mi trabajo como psicólogo y terapeuta de orientación junguiana tengo en cuenta todas estas dimensiones y su interrelación, si bien no todas ellas tienen el mismo peso en la expresión de los síntomas. Es decir, existe una jerarquía. Dichas dimensiones son:
- El aspecto biológico: La adecuada alimentación es uno de los pilares básicos para mantener un estado de salud óptimo. Mi formación en ambientales me permitió conocer el proceso de producción de los diversos alimentos, así como de la importancia de incluir en la medida de lo posible alimentos procedentes de la agricultura ecológica. Muchas veces encontramos que un malestar físico o fisiológico es un síntoma de un conflicto emocional; y, viceversa, una inadecuada higiene alimentaria o del sueño puede provocar malestar psíquico, como síntomas de ansiedad y/o depresión.
-El aspecto cognitivo y conductual: La dimensión intelectual o mental, así como la conducta observable, son imprescindibles tanto para el diagnóstico, como en el tratamiento. De hecho, en algunos pacientes, la psicoeducación es el abordaje más adecuado.
-La dimensión social: Una red de relaciones y una calidad y calidez en las mismas es un aspecto fundamental para llevar una vida saludable.
-La dimensión emocional: Hoy se habla de inteligencia emocional y los psicólogos junguianos hablamos del desarrollo de la dimensión relacional, erótica y sentimental. Se incluye en esta dimensión la empatía (la capacidad de ponerse en el lugar del otro) y la simpatía (la capacidad de padecer con el otro y de desear que las cosas le vayan bien).
-La dimensión intrapsiquica: El autoconocimiento de las dimensiones inconscientes personales que pueden lastrar el desarrollo psíquico de una persona.
-La dimensión ecológica: Somos humanos y, por lo tanto, habitantes de la Tierra. La consideración del impacto que provocamos en la Naturaleza por el mero hecho de vivir es muchas veces un asunto que apenas se considera en el ámbito de la terapia. Pero lo cierto es que el contacto respetuoso con la Naturaleza es indispensable para mantener un mínimo equilibrio psíquico. Por eso, en ocasiones, una de las indicaciones que realizo durante una psicoterapia es el paseo por un entorno boscoso/montañoso.
-La dimensión espiritual: A diferencia de otros enfoques terapéuticos considero esta dimensión como la más esencial o radical de todas. Pues esta se expresa en todas y cada una de las demás dimensiones y, a su vez, aquellas dependen de esta. Ello no significa que el abordaje inicial o fundamental sea siempre el espiritual, pero sí que en la consideración de todas las dimensiones tengo siempre presente esa relación jerárquica. Esta es la dimensión de Sentido y su lenguaje es el simbólico.
Aún considerando todas estas dimensiones la felicidad de una persona no está garantizada.
La autorrealización de la profundidad del hombre provoca que su consciencia se vea transformada. Que abandone la estrecha perspectiva subjetiva, esa vanagloria del yo que es uno de los criterios diagnósticos del narcisismo -el malestar de nuestra cultura -, (pese a que sea precisamente la ausencia de un yo firme lo que caracteriza a todos los trastornos de la personalidad del cluster B) y se abra a una cosmovisión que incluye la interdependencia del hombre con la Naturaleza.
Transcurridos cerca de 10 años desde la finalización de mi formación como ambientólogo y ya inmerso en el ámbito de la psicología, se me hizo cada vez más claro que un tratamiento psicológico eficaz debía considerar todas las dimensiones que conforman la realidad del individuo. Por ese motivo, en mi trabajo como psicólogo y terapeuta de orientación junguiana tengo en cuenta todas estas dimensiones y su interrelación, si bien no todas ellas tienen el mismo peso en la expresión de los síntomas. Es decir, existe una jerarquía. Dichas dimensiones son:
- El aspecto biológico: La adecuada alimentación es uno de los pilares básicos para mantener un estado de salud óptimo. Mi formación en ambientales me permitió conocer el proceso de producción de los diversos alimentos, así como de la importancia de incluir en la medida de lo posible alimentos procedentes de la agricultura ecológica. Muchas veces encontramos que un malestar físico o fisiológico es un síntoma de un conflicto emocional; y, viceversa, una inadecuada higiene alimentaria o del sueño puede provocar malestar psíquico, como síntomas de ansiedad y/o depresión.
-El aspecto cognitivo y conductual: La dimensión intelectual o mental, así como la conducta observable, son imprescindibles tanto para el diagnóstico, como en el tratamiento. De hecho, en algunos pacientes, la psicoeducación es el abordaje más adecuado.
-La dimensión social: Una red de relaciones y una calidad y calidez en las mismas es un aspecto fundamental para llevar una vida saludable.
-La dimensión emocional: Hoy se habla de inteligencia emocional y los psicólogos junguianos hablamos del desarrollo de la dimensión relacional, erótica y sentimental. Se incluye en esta dimensión la empatía (la capacidad de ponerse en el lugar del otro) y la simpatía (la capacidad de padecer con el otro y de desear que las cosas le vayan bien).
-La dimensión intrapsiquica: El autoconocimiento de las dimensiones inconscientes personales que pueden lastrar el desarrollo psíquico de una persona.
-La dimensión ecológica: Somos humanos y, por lo tanto, habitantes de la Tierra. La consideración del impacto que provocamos en la Naturaleza por el mero hecho de vivir es muchas veces un asunto que apenas se considera en el ámbito de la terapia. Pero lo cierto es que el contacto respetuoso con la Naturaleza es indispensable para mantener un mínimo equilibrio psíquico. Por eso, en ocasiones, una de las indicaciones que realizo durante una psicoterapia es el paseo por un entorno boscoso/montañoso.
-La dimensión espiritual: A diferencia de otros enfoques terapéuticos considero esta dimensión como la más esencial o radical de todas. Pues esta se expresa en todas y cada una de las demás dimensiones y, a su vez, aquellas dependen de esta. Ello no significa que el abordaje inicial o fundamental sea siempre el espiritual, pero sí que en la consideración de todas las dimensiones tengo siempre presente esa relación jerárquica. Esta es la dimensión de Sentido y su lenguaje es el simbólico.
Aún considerando todas estas dimensiones la felicidad de una persona no está garantizada.
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