Entrevista
al escritor, estudioso de la Psicología Analítica y científico ambiental, José González:
“LA ACTUAL CRISIS GLOBAL
NOS OBLIGA A RENOVARNOS INTERIORMENTE”
Texto
y fotos: Moisés Garrido Vázquez
“Las
emergencias espirituales -asegura el psiquiatra checo Stanislav Grof- pueden definirse como etapas críticas y difíciles
de atravesar en una profunda transformación psicológica que abarca todo nuestro
ser. Se dan como estados alterados de conciencia, e implican emociones
intensas, visiones y otros cambios sensoriales, pensamientos extraños y
diversas manifestaciones físicas”. Es evidente que lo inconsciente se
manifiesta con más fuerza en momentos de crisis social o de transformación
colectiva como el que vivimos actualmente. Ahora, más que nunca, los arquetipos
se proyectan al exterior, irrumpiendo las vivencias paranormales y
sincronísticas, los sueños recurrentes, los casos de canalización, recuerdos de
supuestas vidas pasadas, experiencias extracorpóreas, episodios de conciencia cósmica,
etc. Hay una profunda necesidad en el hombre de explorar su ser interior y
orientar su destino hacia cuestiones espirituales. Todo este síntoma de
renovación psicológica, coincide a su vez con el desmoronamiento de los dogmas
teológicos impuestos por las religiones institucionalizadas, cada vez más
cuestionadas. La política y la cultura también están atravesando por un serio proceso
deconstructivo. No digamos la crisis medioambiental que sufre nuestro planeta
clamando urgente ayuda. Y en el campo científico, vemos cómo se resquebrajan viejas
ideas reduccionistas para dar paso a un nuevo paradigma más receptivo hacia lo
transpersonal y lo holográfico. El papel tan determinante que juega la conciencia
en la realidad que nos rodea, como propone la física moderna, posiblemente
guarde estrecha relación con todas estas emergencias
espirituales que ahora mismo están protagonizando muchas personas. La
psique construye la realidad que observamos, pero también la transforma. Mente
y materia formando un todo. “La fragmentaridad
es una ilusión de la mente: el verdadero estado de las cosas es una totalidad
indivisible”, propone el físico David Bohm. De todo ello, nos habla nuestro
entrevistado, José González (Madrid, 1972), licenciado en
Ciencias Ambientales y especialista en Psicología Analítica. En su reveladora obra
El retorno al paraíso perdido
(Sotabur, 2004), explora aquellos aspectos más profundos de la crisis personal
y colectiva, la sombra y las convulsiones sociales, la interrelación entre Anima y Animus y muchas otras cuestiones que tienen que ver con la
evolución interior. Además, en breve aparecerá en librerías su última
novela, titulada Al final
del túnel, precuela de su ensayo
novelado La hermandad de los iniciados (Entrelíneas
Editores, 2011; LibrosMundi, 2011), que se inauguró con Encuentros en la oscuridad (Nuevosescritores, 2007), y en donde se
dan cita la psicología, la gnosis, la alquimia, el sexo sagrado, el hermetismo
y la astrología, teniendo especial relevancia también el Evangelio de Judas y la figura de María Magdalena, en una historia
fascinante sobre la búsqueda y el encuentro del sentido de la vida.
- Tu
libro El retorno al paraíso perdido
se estructura en capítulos a modo de grados de evolución en el sendero de la
iniciación. Comienzas con la sombra del ser humano, analizando el mal, hasta
llegar al despertar de la conciencia. ¿Era tu objetivo marcar la pauta del
iniciado, de quien se sumerge en el sendero? ¿De algún modo es una
autobiografía?...
- “Como
muy bien apuntas, el libro tiene un propósito eminentemente iniciático. Su
estructura de doce capítulos divididos en cuatro apartados es ya una señal
indicativa de lo que podemos esperar de su contenido: una invitación
cartografiada a emprender el viaje hacia la Fuente. No creo que pueda
concebirse el libro como una autobiografía, en el sentido de una exposición de
acontecimientos biográficos. Esto lo puedes hallar en mi novela Encuentros en
la oscuridad, en la que sí describo algunas de mis experiencias vitales,
combinadas con otras surgidas de una mixtura que aúna productos de mi
imaginación creativa y la exposición de los problemas de fondo que afectan a
toda nuestra civilización. El retorno al paraíso perdido es, más bien, el
producto destilado de mi encuentro con mis ancestros, de mi trabajo personal
con los arquetipos junguianos, en definitiva, de mi entrada en la cueva o útero
materno de la Diosa. Por
ese motivo, en ocasiones, dejé a lo Inconsciente que se expresara libremente,
siendo mi yo un simple instrumento a su servicio. Fue así como surgió, por
ejemplo, el capítulo en el que presento la teoría del sistema psíquico, donde
afirmo que la psique puede ser concebida como un sistema abierto y disipativo”.
INVESTIGANDO
LA SOMBRA
Según nos explica José durante la
entrevista mantenida en Madrid, cuanto mayor sea el número de individuos que se
dediquen a la investigación, a la elucidación y al trabajo con los arquetipos,
especialmente con la sombra, desde los más diversos ámbitos del saber, tanto
más nos aproximaremos a la ‘masa crítica’ necesaria para que el cambio de
consciencia que el espíritu de los tiempos demanda se extienda exponencialmente
al colectivo. “El único modo de dominar
la sombra es conociéndola. Y, para ello, el individuo debe enfrentarse al conflicto
que este conocimiento conlleva. La sombra es la inevitable oposición que toda
génesis de un centro de luz, al que llamamos ego, genera. En el camino de
iluminación de la sombra, el ser humano ha de comenzar por tomar consciencia de
lo que de oscuro y negativo hay en su personalidad, de aquellos contenidos
biográficos reprimidos por diversos motivos, retirando las proyecciones que
antes espetaba en los demás. Hasta aquí, con autocrítica y cierto trabajo
interior, la sombra es susceptible de hacerse consciente sin demasiadas
complicaciones”. Asimismo añade: “Ahora
bien, cuando la sombra aparece como arquetipo, entonces da lugar a las mayores
dificultades, puesto que el individuo se encuentra cara a cara con el mal
absoluto, con el reverso tenebroso de Dios. Y esta sí es una experiencia
iniciática, a la que no todo el mundo tiene acceso”. Para nuestro
entrevistado, es importantísimo tomar consciencia de la sombra de la que cada
cual es portador, pues es de la mayor relevancia adquirir una actitud de alerta
ante los conflictos colectivos que asedian a occidente, ya que, se quiera
admitir o no, nos afectan a todos.
- ¿Crees
que el caos en el que está sumergido actualmente el mundo, sobre todo occidente,
es señal del emerger de una nueva conciencia colectiva, de un cambio de
paradigma psicológico, social, científico y religioso?
- “Sí,
estoy convencido de ello y así lo afirmo, no sólo en El retorno al paraíso
perdido, sino también en mi novela Encuentros en la oscuridad y en gran parte
de mis ensayos y artículos publicados en la red. Una experiencia de más de una década con lo
inconsciente, tanto en mi mismo, cuanto a través de las crisis existenciales
padecidas por mis analizandos, ha afianzado mi originaria intuición”.
EMERGENCIAS
ESPIRITUALES
Una crisis de transformación puede
desencadenarse por muchos factores, desde una enfermedad o accidente hasta un
fracaso sentimental o una pérdida laboral. Lo emocional juega un papel
fundamental en toda emergencia espiritual. Precisamente nuestro protagonista
atravesó por una amarga experiencia relacionada con una ruptura de pareja que le
hizo adentrarse por los derroteros de lo espiritual y transpersonal, sufriendo
una profunda transformación interna y descubriendo las graves consecuencias de
la escisión entre el hombre interior y la realidad exterior. Su vida cotidiana
se vio, de improviso, trastocada. El perturbador proceso tuvo finalmente
consecuencias positivas, más bien terapéuticas. “Pasé por una crisis muy tumultuosa con mi pareja y luego vino la
separación, con el consiguiente conflicto interior de si volver con ella o no.
Encontrándome en esta encrucijada, comencé a estudiar estos temas. En esos
momentos, me sirvió de ayuda la obra de Erich Fromm, de quien leí todos los
libros que a la sazón tuve a mi alcance, y, poco después, pasé a estudiar a Jung,
iniciándome con su libro “Los complejos y el inconsciente”, que lo leí varias
veces, para extraer su máximo jugo. Entonces, desde ese momento, me dediqué a
estudiar en profundidad la psicología junguiana, viendo que ahí encontraría la
clave para comprender lo que entonces me estaba pasando a mí y lo que estaba sucediendo en el colectivo”. Otro
libro fundamental para nuestro protagonista fue el que escribió Jung y Pauli
sobre la sincronicidad. “Empecé a enlazar
todos los eventos sincronísticos que me sucedían a mí, comprobando a su vez que
existía un paralelismo entre lo que sucede en el inconsciente colectivo a nivel
psíquico y lo que sucede después en el mundo exterior, esa relación que no es
de causalidad, sino de coincidencia significativa”, recuerda con entusiasmo.
También protagonizó una curiosa y más que
significativa vivencia en el ámbito académico, cuando se preparaba para
doctorarse en Psicología Analítica por la Universidad Autónoma
de Madrid. En sus propias carnes, sufrió la censura que el establishment universitario tiene hacia determinadas cuestiones heterodoxas
del conocimiento, como es el caso de la astrología, la alquimia y el tarot -temas que pensaba abordar en su tesis
doctoral únicamente desde el punto de vista de la psicología junguiana-, a
pesar de que recibió el apoyo de ciertos profesores de mente abierta. Su
determinación fue drástica: decidió no doblegarse a las exigencias académicas y
abandonó sus estudios de doctorado para seguir su formación de manera
autodidacta, que casi siempre resulta mucho más fructífera que la marcada por
el sistema educativo, obsoleto y dogmático en muchos aspectos. “Cuando tenía prácticamente 200 páginas
escritas de la tesis doctoral se las presenté a Luis Montiel, mi director de
tesis, historiador de la medicina y muy versado en psicología profunda. Me
advirtió que estaba tocando asuntos que dentro de las líneas de investigación
de la universidad no encajaban. Se salían de la ortodoxia académica. Agregó que
si seguíamos adelante por esa línea, nos desprestigiábamos tanto él como yo.
Entonces decidí no continuar con el doctorado y publicar mi trabajo
investigativo, una vez concluido, como libro. Y eso hice”.
EL
11-S Y SUS CLAVES SIMBÓLICAS
Para el entrevistado, la
fecha del 11-S significó un importante hito en el mundo de los arquetipos,
incluso hubo acontecimientos astrológicos muy significativos. “No se trata de que la constelación
astrológica sea causante de los atentados terroristas, aclara. Este es un asunto muy delicado y es
importante ilustrarlo bien, pues de su comprensión depende el que luego se
entiendan las relaciones. En primer lugar, la astrología no causa nada, sino
que se relaciona de un modo sincronístico, o simbólico, si se prefiere, con lo
que tiene lugar en el mundo de la materia. Los gnósticos y los alquimistas
expresaban este principio universal aplicable a la astrología en la máxima
siguiente: ‘así es arriba, como abajo’. Hoy, gracias a las aportaciones
combinadas de Carl Jung y Wolfgang Paulí, esta ley recibe el nombre científico
de sincronicidad. Así, respondiendo a tu pregunta, la oposición entre Saturno y
Plutón simboliza una lucha entre dos tendencias arquetípicas con connotaciones
muy desagradables. No se trata de que dicha oposición provoque la guerra, sino
más bien, que, tanto a nivel colectivo, como en la vida privada de cada cual,
hay material proveniente de las profundidades más arcaicas de lo inconsciente
colectivo que está presto a emerger a la consciencia. Dado que los contenidos
de ese estrato son primitivos, y hasta bestiales, la consciencia lucha por
mantenerlos en jaque, ocultándolos. Cuando esto sucede dichos contenidos son
proyectados al ámbito exterior y se manifiestan en fenómenos y circunstancias
que parecen provenir y estar fuera del colectivo humano,
como el ataque terrorista que sufrió Estados Unidos el fatídico 11 S. Quizás la
imagen arquetípica más elocuente de esta constelación astrológica la constituya
la carta del Tarot denominada ‘La
Torre’. Traducido a términos sencillos este gran hito
arquetípico significa que la pretendida invulnerabilidad y omnipotencia del Ego
colectivo de los países que integran occidente, a la cabeza de la cual se
encuentra Estados Unidos, ha sufrido un duro golpe que lo ha hecho caer de las
alturas de su hybris heroica, es decir, de su inflación, para morder el polvo”.
Según
explica González, el número 11 es un símbolo de discordia, oposición,
enfrentamiento entre tendencias contrapuestas. Lo cual se correlaciona
significativamente con el simbolismo de Géminis (los hermanos gemelos). En
lenguaje psicológico esto representa la lucha entre el Ego colectivo y el alter Ego, es decir, su sombra. Y esta
coincidencia significativa de acontecimientos separados en el espacio y en el
tiempo tiene su razón de ser en la constelación de un arquetipo que lleva años
actuando: la Diosa
en su faceta destructiva. En definitiva, tras todo ello, se vislumbra el
desmoronamiento de los pilares sobre los que se sustenta la cultura occidental.
- Reconozco
mi escepticismo hacia la astrología. Sin embargo, observo que muchos que os
adentráis en el universo junguiano, en el mundo de los arquetipos, de los
símbolos ocultos de la psique, dais una gran relevancia al conocimiento
astrológico. ¿Qué razones tenéis para mezclar astrología con psicología?
- “Me
alegra que me hagas esa pregunta, Moisés. La Astrología es
contemplada en el ámbito académico con mucho recelo, considerándola como una
pseudociencia. De hecho, cuando cursaba estudios de Astronomía en la facultad
de Ciencias, el profesor que impartía la asignatura comenzó su primera clase
exponiéndonos la radical diferencia, según su parecer, entre la Astronomía, considerada
por él una verdadera ciencia, y la Astrología que concebía como una pseudociencia,
más propia de un falso profeta que de un científico serio. Algo parecido sucede
con la parapsicología, por ejemplo, que tengo la impresión de que es el nombre
moderno para designar a la metafísica. Desde luego que existen numerosos casos
de fraude en todo lo relacionado con la Astrología, así como con el Tarot y otras
“mancias” similares. Máxime en estos días de oscuridad y caos, donde la
inconsciencia y la ignorancia de los principios universales parecen haberse
adueñado de buena parte del colectivo. Sin embargo, eso no significa que la
astrología, como la parapsicología o la ufología, verbigracia, no puedan ser
objeto de un estudio científico riguroso. Ni siquiera la ciencia ortodoxa,
rigurosamente académica, se libra del fraude, como bien sabes. Lastimosamente,
el prejuicio que acompañaba a mi antiguo profesor de Astronomía está muy
extendido y afecta, por igual, al profano y al erudito, al científico y al
sacerdote, porque forma parte del espíritu de la época. No obstante, esto no
debe ser un obstáculo para el verdadero Científico, para el buscador de la Verdad, puesto que si somos
capaces de librarnos de los prejuicios que gravitan en torno a la astrología,
nos daremos cuenta enseguida del ingente manantial de formaciones arquetípicas
presentes en su simbología, las cuales auxilian al terapeuta a iluminar las
consciencias, gravemente turbadas, cuando emerge material procedente del
inconsciente colectivo, algo que sucede siempre que se atraviesa una crisis
existencial. Del desconocimiento y de la incompetencia de los legos no es
responsable el psicólogo”.
LA
MANIFESTACIÓN
DE LO FEMENINO
- ¿Qué papel juega en todo este rol
de la búsqueda de la verdad la emergencia del arquetipo femenino?
- “Bueno, habría que diferenciar entre lo que
está sucediendo en el ámbito de los epifenómenos materiales, es decir, a un
nivel manifiesto o consciente, de lo que se está gestando en las capas
profundas del Inconsciente Colectivo. Uno de los fenómenos de mayor relevancia
en el mundo occidental es, junto a la progresiva preocupación por el deterioro
del medio ambiente planetario, el que está teniendo lugar con la mujer moderna.
El creciente interés por la igualdad de derechos entre las mujeres y los
varones revela un cambio de consciencia cuya trascendencia apenas empezamos a
vislumbrar. En el fondo, esto no es sino la manifestación más obvia de la
paulatina superación del patriarcado psicológico al que ha estado sometida la
humanidad, afectando tanto a las mujeres como a los hombres, desde los remotos
tiempos del helenismo. Tal y como he desarrollado en mi último trabajo,
Feminismo y Autorrealización, el patriarcado ha minusvalorado la mayor parte de
los atributos asociados a lo Femenino y, con ello, ha despreciado y lacerado
aquellos valores que son más afines a la personalidad femenina. De ahí que,
como afirmo rotundamente en mi ensayo, ha sido la mujer la más perjudicada con
la perpetuación de la orientación patriarcal que ha prevalecido, y que aún
prevalece en gran medida, en la cultura occidental. Sin embargo, la Era de Acuario se
caracterizará por la búsqueda de la
Verdad, y esa búsqueda no estará circunscrita a ningún
género, sino que será extensible a toda la humanidad. De modo que, la Individuación de la
mujer moderna es la necesaria contrapartida a la unilateralidad que ha
caracterizado a los últimos tiempos de la era de los peces. De ello depende que
la cultura occidental logre sanar su lacerante herida, renovándose
interiormente a sí misma. Sobre estas afirmaciones versa gran parte de mi
último ensayo novelado titulado ‘La hermandad de los iniciados’, cuya primera
edición ha sido publicada por la editorial Entrelíneas Editores y la segunda
por la LibrosMundi.
Ahora bien, si ajustamos las lentes
y multiplicamos los aumentos, nos daremos cuenta de que la emergencia del
aspecto oscuro del arquetipo de la
Diosa es un síntoma elocuente de la grave crisis estructural
en la que está sumido occidente. Tanto Carl Jung, cuanto más recientemente
Stanislav Grof, entre otros psiquiatras transpersonales, han evidenciado que la
emergencia del arquetipo de la
Diosa oscura, identificado con la diosa Kali hindú, o con la
egipcia Sejmet, tiene lugar en aquellos períodos de profunda crisis espiritual,
tanto a nivel individual, cuanto en el ámbito colectivo o social. Mi
experiencia de más de una década en la investigación del inconsciente colectivo
me ha demostrado que ambos investigadores estaban en lo cierto. Asimismo, hay
un símbolo, asociado al mismo arquetipo, que emerge en los períodos de crisis
existencial, y es el del gran dragón lunar. Este, en algunos de los sueños de
mis analizandas, se presenta arrasándolo todo a su paso y sumiendo al mundo en
la oscuridad y el Caos, como en una noche de luna nueva. Los hindúes
denominan a esta fase arquetípica con el nombre de Kali Yuga y se refieren a ella como a una edad
oscura en la que se produce el despertar de la destructividad, la violencia, la
enemistad entre los seres humanos, el deseo sexual depravado, el materialismo
prosaico y la ignorancia de los principios universales, es decir, la completa
carencia de Sabiduría. De ahí mi afirmación de que la emergencia de lo
Femenino, en su aspecto oscuro, sea síntoma de una grave crisis estructural que
afecta a los pilares sobre los que descansa la civilización occidental. Pero
toda crisis encierra en su seno una oportunidad de renovación. Y, en este caso,
la oportunidad estriba en saber aprovechar la radical transformación de la
consciencia que el encuentro con la oscura diosa plutoniana puede provocar a
aquel que esté dispuesto a ser sacrificado, para renacer renovado. Quien ha de
morir es, por supuesto, el ego en su ignorancia y estrechez de miras para dar a
luz al arquetipo del andrógino. Con ello, mujeres y hombres, habrán de apartar
sus intereses egoístas para regir sus vidas de acuerdo al principio universal
encarnado en su Ser esencial. Motivo por el cual, dedico un capítulo completo a
estudiar este arquetipo plutoniano a través de los símbolos de varias diosas
relacionadas con la serpiente o el escorpión, en definitiva, con las distintas
caras con las que se presenta el Dragón Lunar. Y lo hago a sabiendas
de que en este arquetipo femenino reside no sólo el veneno que se ha
extendido por el mundo como una metástasis, sino también el remedio a ese
cáncer que se ha adueñado de toda manifestación vital”.
Posiblemente, ese arquetipo emergente al
que alude nuestro entrevistado materialice mejor que ningún otro esa
fascinación que hay en estos momentos hacia las culturas ancestrales, la
filosofía perenne, las religiones mistéricas, el cristianismo gnóstico, el
papel iniciático de María Magdalena como Hieródula
(servidora sagrada del templo), etc.
-
¿Percibes ese interés cada vez mayor hacia la sabiduría primordial, tal vez
para conocernos mejor a nosotros mismos y descubrir nuestros orígenes?...
- “Así
es. Permíteme que te responda con un fragmento extraído del libro: ‘La
recuperación del Hombre y la transformación de la situación actual, sólo es
posible regresando a la fuente de la sabiduría primordial. Otrora brotaba a
borbotones, su fluir era caudaloso y colmado de vida. Hoy, apenas fluye un
pequeño reguero, que con dificultad recorre el rocoso y contaminado lecho por
el cual serpentea. Esa Sabiduría de lo Trascendente nace en un determinado
momento de la evolución del individuo, y, a través de su efímera y diminuta
existencia, es capaz de manifestar la grandeza de lo Eterno. Su primer estadio
es la intuición, pero ésta no es sino un pálido reflejo de aquella fuente
primordial. De ella surgen todos los dioses y diosas que gobiernan la existencia
del Hombre. Esa fuente se llama videncia, comunión con Dios, contemplación de
la eterna sabiduría de la vida y reside en los lares más íntimos del alma
humana’. El retorno a la fuente, que es una inmersión en el océano de lo
Inconsciente Colectivo, verdadero anhelo del ser humano, nos lleva a todos los
que nos adentramos en estos parajes de la existencia, a veces inhóspitos, a
reencontrarnos con la Verdad. Una
Verdad que se conoce desde siempre, como nos muestran los evangelios gnósticos,
los misterios pre-cristianos, los sabios orientales, los grandes místicos, los
filósofos, etc., pero que debe ser eternamente experimentada y reformulada. A
la sencillez del arquetipo del andrógino, del arcaico engranaje del Tao, le
acompaña una inabarcable e inagotable exégesis. De modo que, en propiedad,
quien retorna al interior de si mismo encuentra el paraíso perdido, el Reino de
los Cielos, la luz primordial, la chispa divina de los gnósticos. Así, poco
importa desde que ámbito del saber inicies tu viaje, puesto que, como bien
dices, todos convergemos hacia un mismo punto”.
- Los
sueños y su trasfondo arquetípico tienen una importancia vital en los temas que
estamos tratando. ¿Qué te han aportado en tu particular búsqueda?
- “En
efecto, son numerosos los sueños que emergieron desde lo inconsciente colectivo
psicoideo hasta el ámbito de mi consciencia, en sincronicidad con los atentados
terroristas del 11-S. De hecho, podría decirse que el germen de todo cuanto he
escrito y, Deo Concedente, espero escribir en el futuro, está contenido en
aquellos sueños, visiones, imágenes y fantasmas. En cierto sentido, gracias a
ellos he sido plenamente consciente de la realidad unificada a la que Jung
denominó Unus Mundus, un mundo único, en el que materia y espíritu no son sino
las dos caras de una misma realidad”.
-
El héroe se adentra en los misterios del otro
mundo, se transforma, renace a una nueva vida. Es otro de los asuntos que
has tocado en tus ensayos. ¿Hablamos de algo meramente simbólico o puede llegar
a ser experimentado por todo verdadero buscador o iniciado? ¿Acaso sería el
paso del hombre material al hombre espiritual?
- “Al
hablar de la entrada del héroe en el otro mundo estoy representando y
describiendo simbólicamente un acontecimiento que tiene lugar en todo individuo
que sufre una transformación de su consciencia. Desde un punto de vista
psicológico, lo que sucede es, como bien dices, una muerte al estado de ser
anterior, o sea, al estado ‘hílico’ o material de ignorancia e
irresponsabilidad infantil, y un renacimiento al ámbito del Espíritu. Y esto,
por definición, es una iniciación. Jung denomina a este proceso Individuación,
dando a entender con ello que el objetivo último de toda iniciación es la más
completa realización del individuo. También podría decirse que se trata de una
muerte del ego y un renacimiento del Rebis Hermafrodítico o Andrógino de la Alquimia, del Anthropos
gnóstico, del Atman hindú o del Tao oriental, nombres todos ellos que aluden al
arquetipo del Ser o personalidad total. Durante este proceso, la consciencia se
hunde en las profundidades de lo Inconsciente Colectivo, desapareciendo durante
un tiempo del mundo de la materia, para reaparecer transformada y portando un
tesoro de conocimientos a los que tiene acceso aquél que ha convivido con los
espíritus de sus ancestros. En definitiva, simboliza una bajada a los
infiernos, que es, como digo, una inmersión de la consciencia en lo
Inconsciente Colectivo”.
EL
EFECTO ACUARIANO
-
Por último, señalas que el mito de nuestra Era es el mito de Acuario. ¿En qué
consiste la era de Acuario sobre la que tanto se habla?
- “Bueno,
en realidad, esta idea no es nueva. Hace ya algunas décadas que ciertos grupos
de tinte ocultista apuntan que nos encontramos transitando hacia una Nueva Era.
Desde un punto de vista astronómico, el punto vernal, que es el punto de corte
de la proyección del ecuador terrestre sobre el plano de la eclíptica, se está
desplazando desde la constelación de Piscis hasta la de Acuario. Este fenómeno
simboliza, según una interpretación astrológica, una transición desde la era de
los peces, en la que se ha desarrollado el cristianismo, hasta la era del
aguador, que habrá de abrevar con el aqua sapientiae a todo aquel que se
embarque en el conocimiento de sí mismo. Estoy convencido de que esta
sincronicidad cósmica se correlaciona significativamente con la búsqueda
personal de la Sabiduría,
entendida ésta como el Conocimiento o Gnosis de los principios universales o
patrones arquetípicos allende el mundo de la manifestación. El mundo de la
materia, que concierne a la acción y al cambio, tiene su razón de ser
precisamente en esos principios universales. Y estos patrones o arquetipos
están siendo reformulados bajo una terminología científica, acorde con el nuevo
zeitgeist. Mientras que la era de los peces se ha caracterizado por la
dominación de la religión cristiana y el conocimiento de la divinidad sólo
podía, supuestamente, hallarse en la
Iglesia por intermediación de los vicarios de Dios en la
tierra, las clases sacerdotales, en la era de acuario la Sabiduría o la Gnosis no estará
circunscrita a ningún contenedor material, valga decir institucional, sino que
serán los individuos quienes experimentarán la divinidad en el interior de si
mismos. Esto trae consigo, por lo tanto, una completa revisión y
reestructuración de los pilares espirituales sobre los que descansa occidente.
Dicho así, todo esto parece muy bonito. Pero el hercúleo trabajo de demolición
y posterior reconstrucción que semejante empresa implica, lo conoce bien aquel que
se ha visto ante la necesidad vital de llevar a cabo dicha titánica tarea. La
unión del sustrato lunar, femenino, de lo inconsciente con la consciencia es
una labor formidable”.
No cabe duda de que estamos
protagonizando un momento crucial en la historia de nuestra civilización. La
crisis global traerá cambios significativos en todos los niveles. El proceso de
transformación colectiva está en su momento más álgido. Cada individuo debe
tomar conciencia de la realidad en la que vive y actuar consecuentemente, por
eso no debe seguir anclado a tendencias sociales y culturales caducas,
manteniendo su intelecto aletargado y a merced de los mandatarios. La actitud
crítica es necesaria, pero hacia todo, religión y ciencia incluidas. A su vez,
mantengámonos receptivos a los nuevos paradigmas que ampliarán nuestros
conocimientos y que posiblemente sirvan de preludio a un futuro en el que la
crisis haya quedado definitivamente superada. No olvidemos que, quizás, estemos
atravesando un profundo proceso terapéutico a escala global. ¿No siente usted, atento
lector, los síntomas en su propio ser?...
Para consultar los trabajos de José González:
(Anexo 1)
“Una
paciente soñó con unos alienígenas que se introducían en su cuerpo y la
poseían, pese a sus esfuerzos por expulsarlos. Se despertó con una sensación de
terror. Al profundizar en el análisis se pudo observar que esta mujer había
reprimido ciertos comportamientos reprobables, proyectándolos en las personas
de su entorno. El autoengaño era tal y su actitud frente a sus propios
complejos inconscientes la alejaba tanto de sí misma, que el sueño reprodujo,
en la escena de los alienígenas, la parte de sombra que se negaba a ver. Como
tantos otros, nuestra persistencia en mantener nuestras oscuridades fuera del
foco de luz de la conciencia acaba por provocar situaciones que generan
conflictos y, de ese modo, se emponzoñan las relaciones interpersonales. Ese
esfuerzo por evadirse, tapar u ocultar los verdaderos motivos de un determinado
comportamiento se produce por la angustia y el miedo que genera enfrentarse a
ellos. Pero al mantenerlos en la sombra, estos cobran fuerza, son investidos
por un poder inconsciente que los hace apoderarse (posesión) de la conciencia”.
(EL RETORNO AL PARAÍSO PERDIDO,
Cap. I: Introducción al lado oscuro de la
psique)
(Anexo 2)
“El
héroe es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre
sus limitaciones históricas personales y locales y ha alcanzado las formas
humanas generales, válidas y normales. De esta manera, las visiones, las ideas
y las inspiraciones surgen prístinas de las fuentes primarias de la vida y del
pensamiento humano (…) El héroe ha muerto en cuanto hombre moderno; pero, como
hombre eterno -perfecto, no específico, universal- ha vuelto a nacer. Su
segunda tarea y hazaña formal ha de ser volver a nosotros transfigurado y
enseñar las lecciones que ha aprendido sobre la renovación de la vida”.
(Joseph Campbell, El héroe de las
mil caras)
(Anexo 3)
“Todas
las manifestaciones de la crisis ecológica actual no serían sino el reflejo del
estado de la psique inconsciente del Individuo (todos los hombres y mujeres)
Moderno. Y, tal como sucede con los problemas psíquicos individuales, estos se
han de transformar con la necesaria toma de conciencia. Y esto no se produce a
menos que se adopte una actitud psicológica de profundización”.
(José González)
(Anexo 4)
-
¿Quién eres?
¿Cuál es tu nombre? –Preguntó Juan a su extraño visitante.
-
Soy aquel daimon
que quiere el Mal y genera el Bien. He recibido muchos nombres. Algunos me han
llamado Satán, Diablo, Señor Oscuro, Satanás, etc… Otros, que han captado mejor
mi esencia, me han denominado Lucifer. Pero incluso esos no acaban de
comprender mi paradójica esencia. Tú puedes llamarme Abraxas. Soy el puente
entre dos mundos, el Dios de las controversias. Dos rostros poseo y, sin
embargo, pocos son los que me conocen…
-
¿De dónde
procedes?
-
Del mundo de lo
no manifestado…
(Encuentros en la oscuridad, págs.
130-131)
(Anexo 5)
Según José González, existen tres
prejuicios principales en la cultura occidental:
1)
La linealidad de
la historia. Vemos la historia como una línea continua, olvidándonos de
que la vida sigue un curso cíclico. Debajo de los acontecimientos lineales
existen ciertos patrones que se repiten continuamente a lo largo de la historia
y eso en la cultura occidental está bastante denigrado.
2)
La ortodoxia
cristiana. Cuando
enfocamos el tema religioso, parece que todo tiene que centrarse en la
ortodoxia, cuando en realidad antes del Concilio de Nicea ya existían bastantes
movimientos, sobre todo los gnósticos o las “religiones mistéricas”, que
trataban la religión de manera más profunda. El gnosticismo es la línea mística
del cristianismo, mientras que la ortodoxia es más bien la exotérica.
3)
La
post-modernidad. Es un error considerar al ser humano independientemente de
la naturaleza, como si pudiera observarla desde fuera sin intervenir en ella,
cuando realmente es parte integrante de la misma.