De las pocas obras de Esquilo que hoy se conservan encontramos una Trilogía muy significativa, la obra escrita sobre los misterios del dios Prometeo, de la que la historia se ha encargado de ocultar dos de estas enseñanzas iniciáticas, que fueron desveladas sin permiso y que se practicaban en estas escuelas mistéricas: Prometeo liberado y Prometeo portador del fuego. De ambas obras, únicamente ha quedado una, con un título muy significativo, "Prometeo Encadenado". Prometeo fue el Titan que sacrificó su estado divino para poder acercar el fuego al Hombre, símbolo de la Sabiduría y el conocimiento en todas las Tradiciones iniciáticas.
Vemos, pues, que la película AVATAR entronca, precisamente, con este mito prometeico, al denominar al nuevo mundo con el sugerente nombre de Pandora. Etimológicamente, se ha conferido a la palabra Pandora diferentes significados: Para Paul Mazon y Willem Jacob Verdenius Pandora significa "el regalo de todos", mientras que para Robert Graves significaría "la que da todo". Para este último autor, Pandora se relaciona con la Eva bíblica, la primera mujer que, en una sociedad patriarcal como la griega (y, posteriormente, la judeo-cristiana) es el origen de todos los males de la humanidad. Puesto que Pandora es creada bajo el mandato de Zeus, colmada de virtudes por los respectivos dioses olímpicos, y cuya curiosidad la llevó a abrir el ánfora de su marido Epimeteo, liberando así todas las desgracias humanas. Volvemos a encontrarnos aquí con dos hermanos gemelos: Prometeo, el que vé el futuro, el pre-visor o presciente y, Epimeteo, el que reflexiona más tarde. En lenguaje analítico, Epimeteo representaría la extraversión y Prometeo, la Introversión. De modo que, en la película, quien muere es Epimeteo, el extravertido, y es Prometeo, el Introvertido, el héroe que se relaciona con el Mundo Interior, con lo Inconsciente Colectivo, es decir, el que accede al nuevo mundo de Pandora.
Quedémonos con dos aspectos importantes: 1. Pandora es el origen del mal para la humanidad. 2. Su nombre, en cambio, alude a una mujer que lo da todo, o que es un regalo de todos. Estos dos temas aparecen muy bien ilustrados en la película AVATAR, tanto por lo paradisiaco del lugar, muy parecido al Edén, cuanto por los peligros que entraña el mundo de Pandora para los seres humanos. Pero, como vemos en el mito de Prometeo, éste Titán roba el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres. Es decir, trae el don de la consciencia, de la luz diferenciadora, a la humanidad y, por ello, sufre un destino fatal. Liz Greene, en su libro Urano en la carta natal: El arte de robar el fuego, dice de Prometeo que "roba a los dioses el potencial de la consciencia. El fuego del que se apropia es solar, es la chispa divina de la inmortalidad, de la consciencia del Self (Atman, Sí-Mismo), que existe dentro de cada ser humano. Es también el fuego de la imaginación y de la visión, a través del cual la divinidad solar y la creatividad individual se hacen conocer."
Este mito está íntimamente relacionado con el símbolo de Acuario que, desde un punto de vista astrológico, rige el nuevo aion, era o ciclo. Resulta importante reseñar que Acuario representa la unión de los contrarios y, por lo tanto, el conocimiento (gnosis) de la Unidad trascendente e inmanente. Y, por consiguiente, este símbolo se relaciona con el conocimiento esotérico o iniciático: ¿Quién soy? Sólo unos pocos han encontrado las respuestas pues "muchos son los llamados y pocos los elegidos". De modo que, el héroe de la película AVATAR, es un héroe típicamente acuariano o prometeico. A estos héroes, a estos iniciados, se los ha llamado, Magos, Maestros, Hierofantes, Sabios, Filósofos, aludiendo a que, todos ellos, profundizaron en un conocimiento místico de la Verdad, y no dudaron en dedicarse al estudio profundo de la Vida. La Ciencia es, desde luego, una manifestación muy prometeica, muy acuariana. Pero la Ciencia en mayúsculas, aquella que indaga y profundiza en el conocimiento de los principios universales que rigen en el macrocosmos y que se manifiestan en el microcosmos. Lo que Prometeo les da a los hombres, algo implícito en el símbolo de Acuario, es el medio para dominar la naturaleza, a través del poder del conocimiento de las leyes universales. Esto se asocia a una liberación de los instintos y de la naturaleza, de modo que los hombres puedan dominar el medio en el que viven (la Tierra). A este proceso se le conoce como civilización. Por lo que el fuego que roba Prometeo a los dioses permite al hombre que realice su proceso civilizador que es, en último término, diferenciador.
Y, tal como se representa en la película, el nuevo mundo, Pandora, es, ciertamente, el ámbito de la Diosa, Gea, Gaia. Y, la mujer que guía a nuestro héroe, es una aspirante a Sacerdotisa, de Pandora. Por lo tanto, en AVATAR, el mundo de Pandora tiene esa doble significiación mítica: por un lado, para la consciencia prometeica, tecnológica y científica, la Diosa es una amenaza y un obstáculo al progreso. Pero, al tiempo, Pandora constituye el remedio que cura a la humanidad de su enfermedad, que es ese orgullo que provoca el alejamiento de lo instintivo. Y este es, en verdad, la consecuencia del robo del fuego. Cada vez que obtenemos un mayor caudal de sabiduría, un aumento del nivel de consciencia, lo instintivo, la naturaleza (dentro y fuera) reclama un tributo: el aislamiento, la soledad y el conflicto entre tendencias contrapuestas son las consecuencias de semejante apropiación.
Continuará....
Vemos, pues, que la película AVATAR entronca, precisamente, con este mito prometeico, al denominar al nuevo mundo con el sugerente nombre de Pandora. Etimológicamente, se ha conferido a la palabra Pandora diferentes significados: Para Paul Mazon y Willem Jacob Verdenius Pandora significa "el regalo de todos", mientras que para Robert Graves significaría "la que da todo". Para este último autor, Pandora se relaciona con la Eva bíblica, la primera mujer que, en una sociedad patriarcal como la griega (y, posteriormente, la judeo-cristiana) es el origen de todos los males de la humanidad. Puesto que Pandora es creada bajo el mandato de Zeus, colmada de virtudes por los respectivos dioses olímpicos, y cuya curiosidad la llevó a abrir el ánfora de su marido Epimeteo, liberando así todas las desgracias humanas. Volvemos a encontrarnos aquí con dos hermanos gemelos: Prometeo, el que vé el futuro, el pre-visor o presciente y, Epimeteo, el que reflexiona más tarde. En lenguaje analítico, Epimeteo representaría la extraversión y Prometeo, la Introversión. De modo que, en la película, quien muere es Epimeteo, el extravertido, y es Prometeo, el Introvertido, el héroe que se relaciona con el Mundo Interior, con lo Inconsciente Colectivo, es decir, el que accede al nuevo mundo de Pandora.
Quedémonos con dos aspectos importantes: 1. Pandora es el origen del mal para la humanidad. 2. Su nombre, en cambio, alude a una mujer que lo da todo, o que es un regalo de todos. Estos dos temas aparecen muy bien ilustrados en la película AVATAR, tanto por lo paradisiaco del lugar, muy parecido al Edén, cuanto por los peligros que entraña el mundo de Pandora para los seres humanos. Pero, como vemos en el mito de Prometeo, éste Titán roba el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres. Es decir, trae el don de la consciencia, de la luz diferenciadora, a la humanidad y, por ello, sufre un destino fatal. Liz Greene, en su libro Urano en la carta natal: El arte de robar el fuego, dice de Prometeo que "roba a los dioses el potencial de la consciencia. El fuego del que se apropia es solar, es la chispa divina de la inmortalidad, de la consciencia del Self (Atman, Sí-Mismo), que existe dentro de cada ser humano. Es también el fuego de la imaginación y de la visión, a través del cual la divinidad solar y la creatividad individual se hacen conocer."
Este mito está íntimamente relacionado con el símbolo de Acuario que, desde un punto de vista astrológico, rige el nuevo aion, era o ciclo. Resulta importante reseñar que Acuario representa la unión de los contrarios y, por lo tanto, el conocimiento (gnosis) de la Unidad trascendente e inmanente. Y, por consiguiente, este símbolo se relaciona con el conocimiento esotérico o iniciático: ¿Quién soy? Sólo unos pocos han encontrado las respuestas pues "muchos son los llamados y pocos los elegidos". De modo que, el héroe de la película AVATAR, es un héroe típicamente acuariano o prometeico. A estos héroes, a estos iniciados, se los ha llamado, Magos, Maestros, Hierofantes, Sabios, Filósofos, aludiendo a que, todos ellos, profundizaron en un conocimiento místico de la Verdad, y no dudaron en dedicarse al estudio profundo de la Vida. La Ciencia es, desde luego, una manifestación muy prometeica, muy acuariana. Pero la Ciencia en mayúsculas, aquella que indaga y profundiza en el conocimiento de los principios universales que rigen en el macrocosmos y que se manifiestan en el microcosmos. Lo que Prometeo les da a los hombres, algo implícito en el símbolo de Acuario, es el medio para dominar la naturaleza, a través del poder del conocimiento de las leyes universales. Esto se asocia a una liberación de los instintos y de la naturaleza, de modo que los hombres puedan dominar el medio en el que viven (la Tierra). A este proceso se le conoce como civilización. Por lo que el fuego que roba Prometeo a los dioses permite al hombre que realice su proceso civilizador que es, en último término, diferenciador.
Y, tal como se representa en la película, el nuevo mundo, Pandora, es, ciertamente, el ámbito de la Diosa, Gea, Gaia. Y, la mujer que guía a nuestro héroe, es una aspirante a Sacerdotisa, de Pandora. Por lo tanto, en AVATAR, el mundo de Pandora tiene esa doble significiación mítica: por un lado, para la consciencia prometeica, tecnológica y científica, la Diosa es una amenaza y un obstáculo al progreso. Pero, al tiempo, Pandora constituye el remedio que cura a la humanidad de su enfermedad, que es ese orgullo que provoca el alejamiento de lo instintivo. Y este es, en verdad, la consecuencia del robo del fuego. Cada vez que obtenemos un mayor caudal de sabiduría, un aumento del nivel de consciencia, lo instintivo, la naturaleza (dentro y fuera) reclama un tributo: el aislamiento, la soledad y el conflicto entre tendencias contrapuestas son las consecuencias de semejante apropiación.
Continuará....